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Snowboard

Las 4 estrellas que guían a las nuevas generaciones del snowboard en España

Ana Salvador, Núria Castán, Queralt Castellet y Maria Hidalgo se han convertido, con éxitos y no sin dificultades, en la vanguardia del snowboard nacional.

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Ana Salvador, Núria Castán, Queralt Castellet y Maria Hidalgo, las 4 referentes del snowboard en España.
Vario

Aunque la práctica de los deportes extremos de invierno se han popularizados mucho, lo cierto es que dedicarse a ellos profesionalmente en España sigue siendo una rara avis. Si además eres mujer, el número de atletas profesionales se reduce significativamente. En los último años, las disciplinas más extremas (halfpipe, freeride, slopestyle o big air) cuentan cada vez con más seguidoras.

La proliferación de la práctica de estos deporte entre el público femenino es ya una realidad y los motivos pueden ser muchos y variados, pero sin duda a ello han contribuido atletas como Queralt Castellet, María Hidalgo, Ana Salvador o Nuria Castán, entre otras, nombres que en los últimos años, y sin proponérselo, están escribiendo la historia del snowboard en España. A estas cuatro deportistas les sobra ambición, talento y aptitudes, además de espíritu aventurero y afán de superación. Son atletas ya consolidadas dentro del snowboarding (en modalidades distintas), aunque disfrutar de su nivel en las competiciones o de sus logros es complicado -el espacio que se dedica a este tipo de deportes, y más femenino, es reducido-. Descubrimos los perfiles de estas cuatro mujeres.

Queralt Castellet

Queralt Castellet (Sabadell, 1989) es parte de esa generación que en los 90 empezó a interesarse por el snowboard y con tan solo 15 años ya empezaba a competir a nivel internacional. Es llamativo que esta deportista, con una trayectoria impecable, no sea consciente de lo que representa y significa para el snowboard en España. Ser mujer y snowboarder no es -todavía- muy común en nuestro país, tampoco lo es competir en halfpipe (no existen apenas instalaciones para ello) ni tampoco ser una rider profesional con el palmarés de Queralt Castellet.

A veces miro atrás, a mis inicios, las ilusiones que tenía, lo que he trabajado y conseguido para llegar donde estoy ahora y me da fuerza y motivación, pero sé que hasta que no lo vea desde fuera no seré completamente consciente de ello”, explica la rider de Sabadell. Sin ir más lejos, los logros de Queralt han abierto el camino a generaciones de deportistas más jóvenes, como el de la también catalana María Hidalgo: “Queralt me ha servido mucho de inspiración, me fijé mucho en ella cuando decidí dedicarme a este deporte de manera profesional, pensaba en ella, al margen de que fuese otra modalidad la que yo quería practicar”.

Queralt Castellet lleva compitiendo más de 12 años al máximo nivel. Es sin duda la snowboarder nacional con más títulos, mejores resultados y más competiciones a sus espaldas: suma más de 10 podios con tres victorias en Copa del Mundo y un subcampeonato en Kreischberg 2015, además ha competido en 4 Olimpiadas de invierno y en varios Dew Tour y Winter X Games (done ha conseguido plata y bronce). Además fue la segunda mujer en la historia en planchar un fs 1080 y la única en lograr un bs 9 mute en competición. Ahora sueña con hacer un Mc Twist, uno de los trucos que se le resisten.

Cada vez hay más snowparks en España y a la vez más riders, no solo chicos, también chicas, pequeños talentos con ganas de aprender y llegar lejos

Queralt Castellet

Los pasados Juegos Olímpicos de invierno en PyeongChang, en los que Queralt estuvo presente, fueron los mejores de la historia para España y casi no trascendieron, lo que confirma que hay que prestar más atención a una serie de deportistas con trayectorias y futuro prometedor. En Pekín 2022 no será raro ver a María Hidalgo o a la propia Queralt pelear por medallas.

Maria Hidalgo

María Hidalgo (Barcelona, 1997) es la única representante española en la élite mundial de Slopestyle y Big Air y ya cuenta con importantes podios europeos e internacionales. Es de esas deportistas jóvenes con la suficiente experiencia y ambición para soñar con ganar una medalla: “Obviamente sueño con ello y sé que todavía tengo que trabajar mucho, pero siento que algún día eso se puede convertir en realidad, no sé si serán en los próximo Juegos (porque al haber estado lesionada tengo poco tiempo para prepararme, aunque no lo descarto) lo que sí espero es estar perfecta para los siguientes.”

Ana Salvador

Otra de las deportistas veteranas en este tipo de deportes es Ana Salvador (Huesca 1984), la freerider aragonesa también lleva años en la élite del snowboarding. Ana ha declarado en distintas ocasiones que su pasión por la montaña y el snowboard le sirven de terapia. Creció en el Pirineo aragonés, así que los deportes de invierno los lleva en la sangre. Empezó con el esquí, para luego dar el salto al snow, finalmente escogió la modalidad de freeride (enfocada al descenso por lugares extremos, fuera de pistas) hasta derivar en el Sliptboard (una mezcla de snowboard y esquí de travesía).

Tanto Ana Salvador como Queralt Castellet han logrado cosas que pocas atletas han conseguido y más considerando que España no es un país que dedique esfuerzos ni dinero a desarrollar este tipo de deportes. En este sentido, para la aragonesa es necesario “apoyar más a los deportistas para que puedan continuar con su carrera. Si hasta la fecha se ha conseguido todo lo que se ha conseguido, imagina si realmente se apoyara a los riders”. Por su parte, la catalana considera que deberíamos fijarnos en países como Estados Unidos, Suiza, China y Japón, por ser referentes ideales en estas prácticas deportivas.

Ana Salvador asumió, en 2018, un nuevo reto, el proyecto #6000split que consistía en escalar la montaña del Tocllaraju en Perú (los Andes) a 6000 metros de altura, para luego emprender un arriesgado descenso en splitboard, una especialidad que muy pocas mujeres practican, por la dificultad y el esfuerzo físico que requiere. Superar ese reto la convirtió en la primera española en lograrlo. El proyecto, en el que contó con la ayuda de distintos patrocinadores, no hubiese sido posible si no hubiera invertido parte de su propio dinero para sacarlo adelante.

Núria Castán

Si dedicarse profesionalmente al snowboarding es complicado en España, optar por una modalidad como el freeride se hace todavía más difícil: hay pocos medios, escasas competiciones y prácticamente ninguna mujer a la que enfrentarse, pero eso no ha impedido que la escena de riders dedicadas a esta modalidad esté creciendo. Ejemplo de ello es Núria Castán (Reus, 1997), que con solo 21 años ya acumula una buena cantidad de triunfos.

A los 8 años se subió por primera vez a una tabla de snowboard y desde entonces ya no se ha bajado. Compite en el FWQ (Freeride World Qualifier), fue subcampeona en 2019 y lucha por llegar a la máxima categoría de esta disciplina, el FWT (Freeride World Tour). Núria sabe que sin el apoyo de su familia dedicarse a esto hubiese sido casi imposible.

Cuantas más chicas, mejor

Las cuatro deportistas ven necesario el poder rodearse de compañeras con las que compartir experiencias y de las que aprender. María ve como poco a poco más gente se interesa por estos deportes y los practica, pero no de forma profesional. “Estoy en un proyecto que se llama Inside me, es un documental sobre mi carrera deportiva. La intención es que la gente conozca más sobre la práctica profesional de estos deportes y se anime.” La barcelonesa reconoce que echa de menos a más chicas en la competición, lleva 5 años como integrante en el equipo nacional y nunca ha tenido una compañera, pero espera que dentro de unos años la situación cambie. “La chicas estamos subiendo mucho el nivel y las condiciones en cuanto a trato, circuitos o premios está bastante igualado con los chicos, lo que es positivo. Ojalá que dentro de unos años pueda tener nuevas compañeras de equipo y muchas más niñas se interesen por este deporte. En la federación catalana hay 3 niñas en el equipo de tecnificación, así que espero que este tema mejore”.

La evolución, en los últimos años, de estos deportes es una realidad, aunque las posibilidades de entrenar sean escasas. Queralt reconoce que desde que comenzó, el snowboard ha evolucionado muchísimo y sigue creciendo: “Especialmente la disciplina de halfpipe, por el nivel que los trucos han alcanzado. Se necesita volar más alto y por eso las medidas de las paredes del halfpipe han pasado a ser un muncho más altas que antes. Eso hace que la construcción y mantenimiento de los halfpipe requieran mayor trabajo y experiencia, por lo que han disminuido las opciones de dónde entrenar. Recuerdo que en varias estaciones de Europa -sobretodo en Suiza e Italia- había bueno halfpipes, ahora en Europa solo se mantiene el Pipe de Laax en invierno. Aun así, es positivo ver que el snowboard sigue creciendo. Cada vez hay más snowparks en España y a la vez más riders, no solo chicos, también chicas, pequeños talentos con ganas de aprender y llegar lejos”.

Las cuatro coinciden en que la motivación es fundamental para seguir dedicándose a estos deportes, igual que la experiencia que se adquiere al subir a la montaña, viajar y competir.

Mucha gente solo ve el resultado, pero detrás hay muchos esfuerzo tanto físico como mental

Núria Castán

Ana Salvador sentía la necesidad de asumir nuevos retos en la nieve. De hecho, lo que movió a la deportista a practicar freeride fue la posibilidad de realizar su propio camino por las montañas, lejos de las aglomeraciones de las pistas, hasta que en 2018, daba el salto al splitboard. No es que haya pasado del snowboard al splitboard de un día para otro, llevo muchos años intercambiando estas dos tablas. La lógica está clara, si te gusta el espíritu del freeride donde buscas descubrir nuevos descensos, ser capaz de visualizarlos y luego realizarlos -fuera de las pistas de esquí- en el splitboard eso es el pan de cada día”.

Núria Castán señala que la mayoría de las chicas contra las que compite suelen estar o vivir más cerca de los lugares en los que se celebran los torneos, así que para ella viajar supone un esfuerzo y una desventaja sobre el resto. Competir, para Núria, es ir a la montaña el día anterior, ver con los prismáticos la bajada y al día siguiente probar tu mejor ronda después de un viaje largo (de coche o avión). “Mucha gente solo ve el resultado, el bueno, pero detrás hay muchos esfuerzo tanto físico como mental”. En este contexto persigue actualmente su sueño: “Desde pequeña mi sueño era formar parte de la FWT (Freeride World Tour) y cada vez lo veo más cerca, estar entre las mejores sería increíble”.

El 2020, cargado de retos

Esta temporada y después de varios años compaginando estudios y competiciones, Núria se muda a vivir a la montaña, a los Pirineos, lo que supondrá un gran cambio en su día a día y más horas de entrenamiento. La experiencia acumulada de estos años le ha dado las herramientas para saber los esfuerzos que está dispuesta a asumir.

Cuando te lesionas hay dos enfoques, o te hace más fuerte y luchas para volver a la competición con más ganas que nunca o abandonas

Maria Hidalgo

La de María Hidalgo también será un temporada interesante, el año pasado estuvo lesionada, lo que la ha llevado a estar todo el verano en los Alpes y en Suiza entrenando. Sus sensaciones son muy buenas y eso le da mucha vitalidad para afrontar la nueva temporada. “Voy a empezar por la copa de Europa, quiero ir a competir y conseguir buenos resultados, ser competitiva, para luego volver a la copa del Mundo, pero sobre todo lo haré sin prisas, enfocando el trabajo a la temporada que viene que será temporada pre olímpica”, señala.

María Hidalgo reconoce que pasar por una lesión es un momento duro, pero también la ha ayudado a crecer y madurar no solo deportivamente, también a nivel psicológico: “Cuando te lesionas la perspectiva cambia, a mi me sirvió para llenarme de conocimientos y nuevas herramientas que antes no tenía, si luego lo aplicas, te sirve mucho para competir. Entre 2017 y 2018, después de volver de otra lesión importante, lo primero que hice fue participar en la copa de Europa y logré una primera posición, después en el Total Fight de Andorra logré una tercera posición en un podio internacional, que no esperaba, así que eso habla por sí solo. Hay dos enfoques, o te hace más fuerte y luchas para volver a la competición con más ganas que nunca o abandonas”.

Si hasta la fecha se ha conseguido todo lo que se ha conseguido, imagina si realmente se apoyara a los riders

Ana Salvador

La que también sabe lo que es pasar por momentos complicados es Queralt Castellet. Hace unos años sufría la pérdida de su entrenador y pareja. Tras pensar en dejar la competición, la catalana hizo muestra de su fortaleza física y mental y en 2018 volvía al circuito y se subía al podio. La deportista de Sabadell recuerda con especial cariño la prueba en Laax Open del año pasado: “Fue uno de los eventos más importantes del año y la única copa del mundo en Europa. Vinieron mis padres y tíos. Fue muy especial porque siempre me siguen desde casa pero esta vez estaban allí. Una semana donde afortunadamente nevó muchísimo y todos pudieron disfrutar del increíble terreno que es Laax, me vieron en directo compitiendo, entrar a semifinales, y luego a finales, que se celebraron por la noche y allí conseguí el segundo puesto. Fue espectacular y aunque hubiese preferido ganar, el hecho de tener a mi familia allí viéndome subir al podio fue super especial”.

Queralt confiesa que su motivación sale de la progresión, de “pensar en trucos, la adrenalina de hacer un truco nuevo o volar más alto, del riesgo que hay detrás de los objetivos y retos, mejorar como snowboarder, aprender de la montaña y disfrutar todos los días con lo que me gusta. Todo, en conjunto, es lo que me motiva para seguir compitiendo y mejorando”.

Conocer a estas 4 mujeres es conocer 4 deportistas con trayectorias brillantes - podios, campeonatos del mundo, olimpiadas, retos imposibles-, mujeres que sienten un respeto por el entorno en el que se mueven, la montaña, y que reconocen estar constantemente aprendiendo. Pero sin duda lo que une a estas grandes riders es la pasión que tienen por su deporte, el snowboard.