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As Acción

¿Ha mejorado realmente la igualdad de género en los deportes de acción?

Tras varios años de concienciación y visibilización de la brecha de género en los deportes de acción, ¿qué opinan las riders del momento sobre los avances que se han dado hasta ahora?

Chicas y chicos, surfistas, esperando sus mangas en el Senegal Pro, QS1500 de la World Surf League cuyos premios no respetan la igualdad de género; a pesar de que en la máxima categoría, el CT, sí lo hacen.
Laurent MasurelWSL

La igualdad de género está en boca de todo el mundo desde hace ya varios años. Es algo que hay que celebrar, siempre y cuando se pueda hablar de hechos y no solo de palabras. La concienciación y visibilización de la brecha de género ha llegado a muchos rincones de la sociedad, entre ellos el mundo del deporte y el de los deportes de acción.

Quienes niegan la situación de desigualdad a estas alturas son, afortunadamente, cada vez menos. Sobre el papel se han dado pasos importantes: las competiciones incluyen cada vez a más mujeres, y algunas reparten los premios equitativamente; las marcas fichan a riders femeninas para sus equipos profesionales, empiezan a fabricar líneas de ropa y equipamiento diseñados por y para la mujer; las federaciones se dan cuenta de que ellas también tienen opciones de ser campeonas europeas y mundiales, medallistas olímpicas.

“La brecha de género es algo que siempre está allí, y seguirá mucho tiempo, no solo en el deporte sino en la vida en general”, resume Alba Pardo, periodista especializada en deportes de acción. “La única manera de cambiar esto es a través de la educación y de las nuevas generaciones. Los niños son un cuadro en blanco, y con una buena educación habrá una oportunidad para que las diferencias se vayan reduciendo”.

Para reflexionar sobre la situación actual, en AS Acción hemos hablado con atletas de distintas disciplinas del deporte extremo.

Periodista especializada en deportes de acción y snowboarder.
Skater.
Surfista.
Snowboarder.
Roller.
Rider de BMX.

¿Ha mejorado realmente la igualdad de género en los deportes de acción?

Alba Pardo

Periodista especializada en deportes de acción y snowboarder.

Foto:Marcel Laemmerhirt

Eugenia Ginepro

Skater.

Foto:O Marisquiño

Leticia Canales

Surfista.

Foto:Remi BlancWSL

Maria Hidalgo

Snowboarder.

Foto:Jesse DawsonBurton Snowboards

Mery Muñoz

Roller.

Foto:@dexterdexdextroyer

Teresa Fernández-Miranda

Rider de BMX.

Foto:Fernando Marmolejo
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Mejora sí, insuficiente también

El punto de partida para todas las entrevistadas es optimista: sí, la situación ha mejorado, pero al mismo tiempo todas remarcan el largo camino que queda por recorrer. “Cada vez se percibe más el esfuerzo de integrar a las mujeres en los deportes de acción. En los últimos años la situación ha evolucionado muchísimo”, opina Maria Hidalgo, snowboarder barcelonesa de 22 años. “La perspectiva es de valorar a los hombres y mujeres por igual, se nota en los premios, en las becas, en las ayudas e incluso en las marcas que realizan esfuerzos para apoyar más al sector femenino”.

“Ahora hay más visibilidad, más apoyo a deportistas por parte de las federaciones”, dice Mery Muñoz, referente del inline nacional. “En mi caso la RFEP me está ayudando este año a poder ir a todas las paradas del circuito mundial FISE”. El aumento de actividades, eventos, charlas e incluso la creación de campamentos específicos para la mujer son otros puntos que destacan las entrevistadas. El Blading Camp de Málaga, colectivos skaters como Asiplanchaba y Girls Invasion, la Superliga Siroko en surf o los eventos organizados por Woman in Board & Action Sports son algunos de los ejemplos del camino recorrido. Hay más.

“Ahora las empresas sacan modelos de zapatillas, tablas, ruedas, trucks, etcétera, todo de mujer. Me parece un avance que deja de excluir y motiva”, comenta Eugenia Ginepro, skater argentina de 29 años. “Con la ayuda de internet y la viralidad, el skate femenino ha crecido mucho los últimos años. Hay crews, marcas exclusivas, campeonatos, skaters en la élite… Ver una chica andando hoy en día ya es normal para muchos”.

Cada vez se percibe más el esfuerzo de integrar a las mujeres en los deportes de acción. En los últimos años la situación ha evolucionado muchísimo

Maria Hidalgo

“Antes pocas chicas tenían patrocinadores, y mucho menos de marcas importantes”, apunta Teresa Fernández-Miranda, rider leonesa de BMX de 24 años. “Ahora la mayoría contamos con el apoyo de marcas que son importantes en el mercado de este mundillo y gracias a eso podemos permitirnos viajar por el mundo”, añade desde Australia poco después de conseguir el primer puesto en la primera parada de Vans Pro Cup 2019.

En surf han aparecido ligas a nivel nacional que premian por igual a hombres y mujeres. “Se están haciendo cosas bien. La Liga Iberdrola Fesurfing y la Superliga Siroko reparten los premios de categoría masculina y femenina de forma paritaria. Eso te hace sentir valorada en un aspecto esencial, el competitivo”, afirma Leticia Canales, surfista vasca de 24 años. Antes, muchas atletas sentían que las marcas siempre apostaban por el marketing y los cuerpos bonitos en vez de rendimiento deportivo.

De las conversaciones se desprende un sentimiento importante. Todo el camino recorrido ha sido, sobre todo, un camino de conquista colectivo. “Con el aumento de la presencia de mujeres en los deportes de acción, hemos llegado a ser más visibles. Hemos dicho: aquí estamos, haciendo lo que más nos gusta y luchando por tener la opción de vivir, o sobrevivir, haciendo lo que más nos gusta”, resume Muñoz.

Lo negativo todavía pesa más en la balanza

Ha habido avances, más o menos tímidos según el deporte y la categoría, pero en la balanza todavía pesan más los puntos negativos: los salarios, los premios en metálico, el peso de las competiciones femeninas, la falta de retransmisiones en directo… “Queda pendiente el tema de los premios, la diferencia entre los masculinos y los femeninos es bastante abismal”, apunta Fernández Miranda. “Y los salarios también”, añade Ginepro. Ninguna entrevistada dice lo contrario.

Las mujeres tenemos que creer que somos igual de capaces, jamás pensar que tenemos menos posibilidades por mucho que así sea la realidad del entorno. Hay que creérselo siempre y jamás renunciar a nada

Alba Pardo

Muñoz, que acaba de quedar segunda en una competición en Japón, calcula que las mujeres se llevan un 30% menos en premios. En Japón ella se llevó 700€, pero el problema es que el tercer clasificado en hombres recibió 1.200€. “Esto es lo que nos afecta más directamente”, asegura. “Otro tema es cuando vas a un evento importante y ves que a los hombres los retransmiten por la tele en directo. Mi madre en cambio no puede verme desde casa”. Algo que ocurrirá este fin de semana con la FISE Madrid, por ejemplo.

Aunque las marcas y los organizadores de eventos han dado pasos en la buena dirección, la visibilidad de ellos y ellas es muy distinta. “Hay que buscar que no hablemos del evento de mujeres dentro del evento principal, que es de hombres, sino que hablemos del evento principal, que incluye a hombres y mujeres, y punto”, señala Pardo. “Hay que ver a las chicas como referentes en el deporte. Todavía queda mucho en ese aspecto a la hora de valorar a la mujer”, indica Canales en la misma línea.

“No gusta sentirse inferior solo por el hecho de ser mujer”, dice Hidalgo, que reconoce que todavía hay muchas competiciones en las que la remuneración no es la misma. Pasa en todas las modalidades, y en el surf profesional se habló largo y tendido de que el Championship Tour de la World Surf League (WSL) igualara, a partir de este año, todos sus premios sin importar la categoría. “Nos sentiríamos todas mejor si en las Qualifying Series, que es la base de ingresos de la WSL, también se hubiera apostado por lo mismo. No deberían olvidarse de nosotras. En Europa a veces se igualan los premios, pero es por una cuestión de legislación y de ayudas precisamente a la igualdad”, argumenta Canales sobre este tema.

Falta una apuesta de verdad, una apuesta consciente, porque saben que las chicas lo pueden hacer igual de bien y dar el mismo rendimiento e imagen que los chicos

Leticia Canales

“En general todavía somos minoría”, dice Fernández-Miranda sobre la presencia femenina en competiciones. “Ahora voy a Japón a hacer la primera competición de la Copa FiseWorld, y creo que nos hemos juntado 60 chicas, de largo la vez que más hemos sido”. En sus viajes con el equipo de Burton, que iguala las primas para hombres y mujeres en sus equipos, María Hidalgo echa de menos más presencia femenina: “Mis compañeros de equipo casi siempre han sido chicos. A veces me gustaría entrenar y hacer snowboard con más chicas, y aquí en España es difícil. Cuando estoy en el tour noto mucho el cambio y agradezco poder compartir el snowboard con amigas”.

Hay comparaciones que resultan elocuentes: hay surfistas, patinadoras y riders que, estando en el top 30 del mundo tienen que luchar año tras año por financiar su carrera profesional; en cambio, si nos fijamos en los chicos, la mayoría de los que se encuentran dentro del top 100 forman parte de proyectos que les permiten centrarse en la competición. “Falta una apuesta de verdad, una apuesta consciente, porque saben que las chicas lo pueden hacer igual de bien y dar el mismo rendimiento e imagen que los chicos”, sentencia Canales.

“El día en que alguien piense en snowboard, u otra disciplina, y se imagine a una chica al igual que podría imaginarse un chico, bajo mi opinión ese será el día donde la brecha estará cerrada”, piensa Hidalgo. “Las mujeres tenemos que creer que somos igual de capaces, jamás pensar que tenemos menos posibilidades por mucho que así sea la realidad del entorno. Hay que creérselo siempre y jamás renunciar a nada”, resume Pardo.

“La desigualdad está en el aire, pero al menos yo soy bastante luchadora por mis derechos y siempre me hago escuchar”, remacha Ginepro. “Cuando te cierren una puerta, construye tu propia ventana”, propone Muñoz cuando reflexiona sobre su propia experiencia.

Tras hablar con ellas, la conclusión es cristalina: las mejoras han sido siempre relativas, mientras que los problemas siguen siendo absolutos. Hay que espabilar, hablar menos y arremangarse la camisa por la igualdad de género, sin peros que valgan.