El alpinismo está de luto. La desaparición de tres de los escaladores más notorios del mundo, David Lama, Jess Roskelley y Hansjörg Auer, ha conmocionado a los amantes del deporte de montaña. Una avalancha ha arrebatado -supuestamente- la vida de estos tres experimentados escaladores que se encontraban en las montañas canadienses de la Columbia Británica. Centrados en subirse a uno de sus picos más célebres y complejos, el Howse Peak, estos tres chicos desaparecieron después de que se produjeran una serie de avalanchas por la zona donde se encontraban.

El pasado martes, después de encontrar parte de su equipamiento entre la nieve y lo que parecía un cuerpo enterrado, las autoridades canadienses ya asumieron que la posibilidad de encontrarlos con vida era extremadamente baja. Pasados 4 días del accidente, la búsqueda de los cuerpos sigue activa pero ya no hay esperanza de encontrar a nadie con vida.

Los 3 eran miembros del team de The North Face:

Una triste noticia que pone el foco de debate en la peligrosidad y la dificultad de prevenir riesgos en la montaña. Y más cuando se habla de escaladores experimentados, conocedores del clima y del entorno. Nadie está exento del peligro que supone la naturaleza de las montañas, y más si se está constantemente expuesto a ella. Algo que las familias han aceptado rápidamente ya que, padres como el de Jess, John Roskelley, también han sido experimentados alpinistas.

Difícil de aceptar, y más después de su legado alpinista. Estos escaladores habían realizado algunos de los logros más asombrosos en el mundo de la escalada como el del austríaco David Lama y su vídeo de la ascensión en solitario al Lunag Ri, en el Himalaya, entre muchas otros proezas. Todo esto en la misma semana en que el esquiador Dave Treadway moría tras precipitarse por una grieta, también en territorio canadiense. Una dura semana para el deporte de montaña, sin duda. DEP