Happy Ride Weekend: victorias de Sergio Layos y Elie Robert
La 11ª edición de la Happy Ride Weekend reunió a más de 2.000 personas en el increíble La Poma Bikepark (Premià de Dalt, Barcelona).
El Happy Ride Weekend no es ni un evento ni un fin de semana al uso. Es, por un décima vez, la celebración de que termina la temporada de competiciones en un spot privilegiado, La Poma Bikepark, shapeado para la ocasión por el equipo de La Poma Builders.
Casi 100 bikers de hasta 10 países distintos y más de 2.200 espectadores se desplazaron hasta Premià de Dalt (Barcelona) para participar y disfrutar de las distintas disciplinas de esta edición: Pump Track el sábado y Dirt Jump ambos días (con las finales en domingo).
Desafiando al frío de esta época y a la lluvia incesante de las últimas semanas en el Maresme -que obligó a suspender la competición el fin de semana anterior- el show comenzó con el Hit the Buff Bell. Gana quien combina el mejor truco con hacer sonar una campana que se coloca en uno de los saltos y ese fue el británico Joe Baddeley, con un 360.
Después vino la final de BMX Dirt Jump, en la que Sergio Layos demostró que ya está recuperado al 100% de su última lesión y se llevó el premio gordo seguido del propio Baddeley y Erik Ponce, segundo y tercero respectivamente.
El Red Bull Best Air fue para la sensación de este año en el Red Bull Rampage. El local Adolf Silva, que se llevó el premio del público en la competición más espectacular de MTB Freeride en Utah, saltó hasta los 3 metros y 70 centímetros en el quarter pipe para llevarse este galardón.
En la final de MTB Dirt Jump no faltó el espectáculo, ofrecido por hasta 20 riders. Se impuso el francés Elire Robert, seguido de Alejandro Bonafe y Marcel Durbau, que repetía bronce del año pasado.
Finalmente llegó el postre, que en el Happy Ride Weekend es el plato principal. El Cash for Tricks y el Best Trick sacan a relucir el espíritu HRW y cada rider saca sus mejores inventos de la bolsa de trucos. Por cada truco nuevo, espectacular y bien caído, 20 eurillos. El mejor de ellos, un 720 Barspin de Marcel Durbau.