La rueda es uno de los inventos que más ha influido en el desarrollo de la civilización humana y probablemente uno de los que menos ha cambiado en lo que al diseño básico se refiere. ‘Objeto circular, de poco grosor respecto a su radio, que puede girar sobre un eje de múltiples aplicaciones’, es lo que textualmente dice la definición del diccionario. A priori, no parece que pueda variar mucho salvo en lo que a materiales y diseño de la estructura del aro se refiere, ¿verdad?

Pues bien, en una demostración de ingenio —y saber vender— el diseñador alemán Andrea Mocellin ha presentado la primera rueda plegable de la que se tiene conocimiento. Bajo el nombre de Revolve, este cuanto menos curioso invento está llamado a revolucionar el día a día miles de personas y marcar un antes y después en la industria del ciclismo urbano.

Al menos así es como lo venden en su página web, pero lo cierto es que no son pocas las dudas que ha generado —en gran parte por el vídeo de presentación— el flamante producto. Cierto es que resulta algo novedoso y muy bien diseñado, pero falta ver la utilidad real que se le pondría dar a la rueda y sobre todo la comparación con una convencional al menos en lo que a uso aplicado al ciclismo urbano se refiere.

Pocas dudas caben de que un neumático con aire —el de la Revolve por razones obvias no lleva cámara— será bastante más agradecido para su uso en la calle que el ‘airless’ de la plegable, ni que decir de que una vez montada la rueda deja de ser un incordio —si es que lo ha sido en algún momento— por lo que plegar nada carece de sentido. El tiempo dirá si realmente la Revolve y su estructura plegable hexagonal pasan a la historia o se convierte en un objeto bonito y rebuscado, pero carente de utilidad alguna.

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