Blackmore doma la furia de Widar y Torres dispara la ilusión

Para el gran público, Joseph Blackmore (21 años) será un completo desconocido. Pero aspira a dar mucho de qué hablar más pronto que tarde. El británico, que en las filas del Israel ha conquistado este curso el Tour de Ruanda y el de Taiwán, hizo valer su corta experiencia en el ciclismo profesional para imponerse en la cima de La Rosière, en la tercera etapa del Tour del Porvenir, al belga Jarno Widar y el español Pablo Torres. El éxito le vale a Blackmore el liderato de una general que se aprieta muchísimo entre estos tres corredores, ya que se sitúan en un margen de 23 segundos con tres etapas por disputarse.

El recorrido de la etapa era uno de esos experimentos que están ya completamente instaurados en el ciclismo actual: pocos kilómetros, mucho frenesí, máximo espectáculo. Así las cosas, los corredores afrontarían únicamente 70,7 km, pero con el elixir que caracteriza a este Porvenir: la alta montaña. En tan poco terreno se debían superar los 2.600 metros de desnivel acumulado, repartidos en tres ascensiones imponentes: Cote des Chapelles, Les Arcs y el final en alto en La Rosière. Entre ellos apenas habría tramos de valle. Batalla sin cuartel. Superada la primera de ellas tendríamos una certeza de cara a la resolución de la etapa: tendríamos cambio de líder. Henrik Pedersen rodaba descolgado y con toda opción perdida de alcanzar a los favoritos.

El francés Clément Izquierdo soñó por momentos con hacer buena su escapada, pero antes de la cima de Les Arcs fue absorbido por los hombres de la general. Los 17,4 km de La Rosière suponían todo un desafío, pero los corredores de especial talento no se agurran ante nada. Así, Widar pasó al ataque desde muy lejos, a 9 km del final, e hizo retorcerse a la mayoría. El grupo de cabeza se quedó en cinco unidades, aunque al prodigio belga no le parecía suficiente. A 6 km de la cima, Widar contraatacaba y soltaba al resto. Parecía que su cabalgada sería hasta meta, pero primero Blackmore y después un indómito Torres llegaban a su rueda. El esprint dictaría sentencia. Y en ese escenario, el británico, que había guardado más fuerzas, resultó letal, con Widar segundo y Torres tercero. Las diferencias entre ellos son mínimas, sin embargo, con el resto comienzan a ser notables.

“Estoy muy contento, me he sentido muy fuerte. Quizás en el cambio de ritmo me faltaron un poco de fuerzas para seguir a los rivales, pero al final a mi ritmo conseguí volver a enganchar. Según llegué, intenté atacar, pero estuvieron muy atentos para salir a rueda. Intenté guardar fuerzas para el esprint, pero llegaba ya muy justo y no ha podido ser. Seguiremos luchando en las etapas que quedan e intentaremos mantener la posición en la general”, analizó el madrileño Torres al término de la etapa. El Porvenir está que arde.

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