Van der Poel doma el Infierno de la París-Roubaix más rápida de la historia
El neerlandés conquista su primera París-Roubaix con un ataque a 15 km del final al que no pudo responder Van Aert (3º) por culpa de un pinchazo. Philipsen, segundo, se cuela en el podio.
La euforia estaba por las nubes después de un Tour de Flandes antológico, probablemente el mejor de la historia, por lo que las expectativas para la París-Roubaix eran las más altas. Y si bien la 120ª edición de la carrera de la francesa fue la que merecíamos, no alcanzó las cotas de espectáculo soñadas. Mathieu van der Poel domó el ‘Infierno del Norte’ por primera vez en su trayectoria para hacerse con su cuarto monumento en total, tercero distinto de su palmarés (San Remo, Flandes y Roubaix), ante un Wout van Aert que propuso más que en otras ocasiones pero que acabó con idéntico resultado: muerte en la orilla. Además, la fortuna sigue esquivando al belga en los días grandes, ya que un pinchazo le impidió responder al ataque definitivo de Van der Poel a 15 km de meta y hubo de conformarse con el tercer escalón del podio después de que Jasper Philipsen le superase al esprint en el velódromo. A pesar de algunos minutos algo indigestos, con estrecha vigilancia y falta de valentía entre los ‘gallos’, esta París-Roubaix también pasará a la historia por ser la más rápida de siempre: 46,8 km/h de velocidad media. Una locura.
La formación de la escapada, más que cara estuvo carísima. Se formó tras 85 kilómetros y después de numerosos intentos, en los que se vio especialmente activo al Movistar a través de Jacobs, Romeo y Lazkano. La explicación, tal como ocurriese el pasado fin de semana en el Tour de Flandes, fue un ritmo desorbitado: 51 km/h de promedio en la primera hora de carrera. El récord de la que había sido la Roubaix más rápida de la historia, que se saldó con victoria de Van Baarle en 2022 (45,8 km/h), empezaba a temblar. Como recompensa a su insistencia, Movistar filtró a Juri Hollmann en la fuga, al que acompañaron Jonas Koch (Bora), Derek Gee (Israel) y Sjoerd Bax (UAE). A poco más de 150 km de meta, los cuatro llegaron con 1:15 de ventaja al primer tramo de pavés. Las puertas del ‘Infierno’ se abrían...
Y el adoquín no tardó en cobrarse sus primeras víctimas como consecuencia de las caídas. Uno de los que dijo adiós con su abandono en ese sector 29 fue Peter Sagan, despedida amarga del eslovaco en una carrera que conquistó en 2018. Ha llovido... Los favoritos, sin sobresaltos, a excepción de unos Kasper Asgreen y Stefan Küng que se vieron obligados a pegarse un buen calentón por sendas averías. Poco más tarde, varios Ineos también se fueron al suelo a la salida de una curva, por lo que el Jumbo decidió posicionarse a la cabeza del pelotón para evitar percances. El Bosque de Arenberg se acercaba...
Pero contra todo pronóstico, los grandes revelaron sus cartas antes de ese punto. Van Aert, que había cambiado su bicicleta por un pinchazo, se reincorporó al pelotón y no se lo pensó: cambio de ritmo en el tramo de asfalto de aproximación a Arenberg con el que dio la sorpresa. Dejó cortados en un grupo perseguidor a aspirantes como Pedersen y Ganna, pero no a un Van der Poel omnipresente, ni a un atrevido Küng. El belga, además, contó con la colaboración de su compañero Laporte. Llegó Arenberg, y con él las caídas. Los favoritos, gracias a esa anticipación, las evitaron, mientras que nombres a tener en cuenta, como los de Matej Mohoric y Dylan van Baarle, sepultaron sus oportunidades de éxito. Superado el sector, Van der Poel, Van Aert y Küng ya eran cabeza de carrera. Pedersen, con un tremendo esfuerzo en solitario, fue capaz de enganchar. Ganna enlazó más tarde, llevándose a dos compañeros de Van der Poel (Philipsen y Vermeersch).
Ya en la traca final no pudo estar Laporte, a causa de un pinchazo a la salida de Arenberg. Los kilómetros pasaban, los sectores se sucedían a toda velocidad y el tiempo parecía detenido, sin novedades en carrera. La calma que precede a la tempestad. En Orchies, a 60 km de meta, Van der Poel puso a Philipsen y Vermeersch a trabajar en un claro aviso de sus intenciones... La secuencia, poesía en movimiento. Arreón en el sector 12 con el que separó el grano de la paja y mostró las costuras de Ganna, más dos ataques torturadores a posteriori: uno en pleno Mons-en-Pévèle con el que seleccionó aún más el grupo y otro a la salida de este sector, en un pequeño repecho donde sólo Van Aert fue capaz de resistir a su rueda. Podían haberse marchado juntos en busca de la gloria, pero Van Aert, el hombre de hielo, decidió esperar su momento, agazapado, como acostumbra. Reagrupamiento con 40 km para el final y siete hombres en la lucha por el triunfo.
Y después de muchos minutos de asueto, de falsa tregua, todo saltó por los aires en el Carrefour de l’Arbre, donde la carrera quedó resuelta en cuestión de segundos. Primero, polémica, con una caída de John Degenkolb provocada por un toque con Van der Poel. El neerlandés rectificó su trazada para esquivar el movimiento previo de su compañero Philipsen y el alemán del DSM se quedó sin espacio por la zona de hierba, por lo que el resultado no fue más que un lance de carrera. En ese momento, Van Aert puso toda la carne en el asador y abrió unos metros. Van der Poel le alcanzó, respiró un momento y cambió el ritmo de forma imperial. En ese momento, la desgracia asaltó al belga en forma de pinchazo en su rueda trasera. El destino de la carrera quedaba sellado. ‘MVP’ saboreó el éxito en solitario, con un Philipsen que celebró la gesta de su compañero en el velódromo antes de consumar el doblete del Alpecin gracias a su soberbio esprint sobre un Van Aert que cerró el podio. La vida sigue igual...
Resultados de la 120ª París-Roubaix
1º Mathieu van der Poel (Alpecin) - 5h 28:41
2º Jasper Philipsen (Alpecin) - a 46″
3º Wout van Aert (Jumbo) - m.t.
4º Mads Pedersen (Trek) - 50″
5º Stefan Küng (FDJ) - m.t.
32º Iván García Cortina (Movistar) - 5:36