Niewiadoma da un vuelco al Tour a costa de la caída de Vollering

Si tuviéramos que poner un título a lo que deparó la quinta etapa del Tour de Francia Femenino, le iría perfecto el de Sonrisas y Lágrimas. Y la gran mayoría de pena y alegría se la llevó el equipo SD Worx. A casi 6 km de la línea de meta de Amnéville, una enorme montonera dejaba en el suelo, entre muchas afectadas, al maillot amarillo, una Demi Vollering que vivió una auténtica pesadilla hasta el final de la jornada. Era de esperar que, en ese momento, alguna de las compañeras de la neerlandesa, vigente campeona y máxima favorita al título, echase pie a tierra para ayudar a su líder a minimizar pérdidas, ya que su percance no entró en los 5 km de protección. La llamada de socorro no fue escuchada…

La actitud que decidió tomar el SD Worx fue puro estupor, tan cuestionable como incomprensible. Debido a la caída se formaron múltiples cortes, pero compañeras como Lorena Wiebes no lograron situarse en el grupo de cabeza, y tampoco aminoraron la marcha para apoyar a Vollering. Al menos salvaron los muebles con el triunfo al esprint de Blanka Vas, que impuso su punta de velocidad en el repecho final (600 metros al 5,5%) a rápidas corredoras como Liane Lippert (3ª), pero el premio puede ser insuficiente si tenemos en cuenta el cambio de rumbo radical que ha dado la carrera. Pan para hoy, hambre para mañana…

Y es que el liderato, después de que Vollering llegase a meta con 1:47 de pérdida, fue a parar a manos de, ni más ni menos, que una de las principales rivales de la neerlandesa: Katya Niewiadoma. La polaca entró segunda, bonificó 6 segundos y pasó a liderar la general con 1:19 de renta sobre Vollering (ahora, 9ª). El rumbo todavía puede virar en las etapas de montaña de este fin de semana, con colosos como el Glandon y Alpe d’Huez, pero todavía queda por conocer las consecuencias de la caída de Demi, quien tiene acordado su fichaje por el equipo FDJ-Suez para 2025.

“Fue una etapa de locos, con un inicio realmente muy rápido. Intentamos que no se nos fuera la carrera y tan solo tres corredoras estuvieron en fuga. Finalmente, las pudimos atrapar y en los últimos kilómetros hubo esa fuerte caída. No era la mejor situación para nosotras, pero teníamos una oportunidad para ganar la etapa y traté de lograrlo hasta el final. Empecé el esprint demasiado temprano y se me escapó la victoria”, analizó una Lippert con la que sigue soñando el Movistar (es décima, a 1:20). Este viernes, jornada de media montaña con cinco puertos puntuables, antesala de la traca final que está por llegar en sábado y domingo. Todo es posible.

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