Tim Merlier vence al esprint en el AlUla Tour y Van Uden recupera el liderato
El belga vence al esprint en el Camel Cup Truck de AlUla en un día marcado por los abanicos. Majka y Schachmann pierden muchas opciones en la general.
Como no podía ser de otro modo, el fútbol es el deporte rey en Arabia Saudí. No obstante, existe uno de lo más exótico para el mundo occidental que en el Golfo Pérsico figura entre los más populares: las carreras de camellos. En 2023, Arabia acogió la cuarta edición del Camel Festival con la participación de 14.000 de estos animales, competición que repartió hasta 14,9 millones de euros en premios. Las apuestas están prohibidas, pero no influye en un espectáculo en el que sus protagonistas alcanzan velocidades de hasta 65 km/h.
Uno de estos icónicos circuitos acogió el desenlace de la tercera etapa del AlUla Tour, donde Tim Merlier (Quick-Step) esprintó como un camello para conseguir la victoria. Después de una intensa jornada de abanicos, el belga firmó su primer triunfo de la temporada por delante de Arvid de Kleijn (Tudor) y de un Casper van Uden (DSM) que recuperó el liderato de la general. En clave de favoritos, Majka y Schachmann quedan prácticamente descartados de la pelea por el título tras descolgarse del primer grupo en el tramo final de la etapa (55″ de pérdida).
Grises nubarrones se cernían sobre los corredores desde la salida, ubicada en el Aeropuerto Internacional de AlUla. Día revuelto, aderezado con fuerte viento lateral para buena parte del recorrido. Los ciclistas apuraban el café en la zona VIP (temperatura sobre los 10°) antes de la neutralizada y sus caras lo decían todo. Habría batalla. Pronto se formó un terceto en fuga, en la que repitió una vez más Euskaltel, en esta ocasión con Luis Ángel Maté. Junto al español, el japonés Koishi (JCL) y el griego Tzortzakis (Roojai). Por si faltaban alicientes, el agua decidió sumarse a la fiesta. En el desierto también llueve. Al paso por la Roca del Elefante, una de las señas de identidad de AlUla, Koishi perdió contacto, pero poco después pudo volver a la cabeza.
Con unos 4:30 de ventaja sobre el pelotón, el pulso estaba servido: la ilusión de los escapados contra la voracidad de la serpiente multicolor. Cambio de carretera y primeros abanicos… con el sello del Movistar. Los telefónicos ganaron el interior de la curva que conducía al cambio de carretera, más estrecha, lo que provocó un látigo tremendo que produjo una serie de cortes en el pelotón. Hombres como Coquard y Majka (ya empezaba a sufrir el polaco) perdían contacto. Con casi dos horas de etapa por delante, se acordó una tregua. Reagrupamiento.
Con la fuga neutralizada a poco más de 20 km a meta, saltaba la noticia: Soren Waerenskjold cedería el liderato tras sufrir un pinchazo. Al noruego le pilló en plena recta kilométrica, por lo que quedó vendido. A otros les sucedió lo mismo, caso de Majka y Schachmann, por falta de fuerza y posicionamiento en la traca final de abanicos. Un grupito de 29 corredores, con Formolo y Simon Yates, llegó en cabeza para jugarse el triunfo, y ahí Merlier no tuvo rival. Totalmente sobrado.
“En el comienzo hacía mucho frío hoy. Pero al final, con los abanicos entramos en calor”, bromeó el belga tras cruzar la meta con un dedo en alto, una dedicatoria muy especial: “Estoy feliz por poder dedicarle el triunfo a mi hijo en su primer cumpleaños. Todo salió correcto en el esprint y estoy contento. Siempre es bueno (ganar tan pronto en la temporada), especialmente hoy, con el equipo llevándome bien hacia adelante. Cometimos algunos errores los dos días anteriores, pero he seguido creyendo en ello. Hoy era el día”. Este viernes, nueva oportunidad para los velocistas con un recorrido totalmente llano de 142,2 km.
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