NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

CICLISMO | VUELTA A SUIZA

Superviviente Evenepoel

Felix Gall, nuevo líder de la general, conquista la cuarta etapa de la Vuelta a Suiza ante el belga, que cedió y se recuperó dos veces. Mal día de Ayuso.

Actualizado a
Superviviente Evenepoel
GIAN EHRENZELLEREFE

Quedaban 17 kilómetros cuando Remco Evenepoel amagaba con quedarse por primera vez. El campeón del mundo, que ya demostró en la jornada de ayer que no está súper, sufría como instantes antes había sufrido Juan Ayuso. El español, con peores sensaciones que números, comprometía sus opciones en la general. El belga, sin embargo, tiraba de orgullo -tiene mucho- para no ceder definitivamente en el último puerto del día, el Dorben, una tortura de 19 km con subidas al 12%, bajadas y una pendiente media del 4,5%. Hasta en dos ocasiones. En esa y un par de kilómetros más adelante, con Felix Gall (Ag2r) lanzado hacia el doblete que 24 horas antes había presenciado en primera persona. De Mattias Skjelmose al austriaco de 25 años, nuevo líder de la general y ganador de la cuarta etapa de la Vuelta a Suiza tras ser segundo en Villars-sur-Ollon. Su primera victoria como profesional, la confirmación tras ser campeón del mundo júnior. A 1:02 minutos, cruzaba la meta el maillot arcoíris, superviviente con premio. Es tercero, baja un puesto, pero está un segundo (a 16) más cerca del amarillo.

Objetivo cumplido. Un día menos de sufrimiento antes de la contrarreloj final del domingo, en la que Remco, con permiso de Gall, espera rematar la faena. Antes, deberá apretar los dientes otra vez, mañana, en el tercer perfil seguido en las alturas. Este miércoles, todo estaba reservado para la segunda parte de la jornada. Dentro de los 152,5 km que se recorrían entre Monthey y Leukerbad, la fiesta no empezaba hasta los últimos 70. Y había pocas invitaciones. El primer tramo, un falso llano ascendente, se caracterizaba por la monotonía. Y los corredores se mimetizaron con él. Después de rodar a buena velocidad con el pelotón unido, el grupo se rompía antes de encarar el ascenso a Crans-Montana, de primera categoría (14,6 km al 6,7%). Ese puerto que, hace un mes, Einer Rubio coronaba para ganar en una jornada del Giro cuya intrahistoria mejor no recordar. Esta vez, Pascal Eenkhoorn (Lotto), al frente de una fuga de 11 corredores, era el primero en llegar arriba. A Lilian Calmejane (Intermarché), que pasaba segundo, le servía para quitarle el maillot de la montaña a Nickolas Zukowsky (Q36.5). A Gino Mader (Bahrain), el último en unirse a la aventura, le permitía ser líder virtualmente.

Como si fuera otra carrera. Crans-Montana estaba para intimidar; el Dorben, para quitar caretas. Todos parecieron languidecer menos ese Gall triunfante, que arrancó su viaje hacia la línea de meta a unos 20 kilómetros del final, justo cuando Ayuso empezaba a claudicar. “Es increíble. No me lo puedo creer y tengo que procesar lo que ha ocurrido hoy. Me sentí muy bien ayer. Este mañana, hemos hablado en el bus que, si me sentía con las mismas piernas, lo probaría en la última subida. Estoy en el mejor estado de forma de mi vida y sentía que debía probarlo. Me ha sorprendido tener más de un minuto de margen. Casi ha sido una ayuda el tiempo que perdí en la contrarreloj inicial, porque ha hecho que los equipos de los favoritos no se hayan puesto a trabajar de inmediato y eso me ha dado la ventaja”, analizaba el corredor del Ag2r al llegar. A falta de un kilómetro, miraba atrás para asegurarse de que realmente estaba solo. Abría los ojos. Soñaba despierto.

Gall se doctora antes de la reina

Escudado por dos compañeros, Gall saltaba desde el pelotón para llegar al grupo delantero. Uno a uno, fue cazando a los escapados. Después, respiró y lanzó su ataque definitivo. Se marchó para no frenar y castigó las múltiples verbenas que se formaron tras su paso. Sin coordinación y, seguramente, sin las fuerzas necesarias. Entre los perseguidores, un Oier Lazkano (Movistar) al que Evenepoel pidió relevos (una imagen ya habitual) y que saltó con más fe que poder, aunque esta temporada esté demostrando que lo tenga. Su movimiento no intimidó a Gall. Ni el de Wilco Kelderman (Jumbo), seguido por Cian Uijtdebroeks (Bora). Tampoco los múltiples intentos de un Romain Bardet (DSM) hiperactivo o el empuje constante de Pello Bilbao (Bahrain). El austriaco, desde la distancia, acariciaba un doble premio que mañana, en la etapa reina, con los pasos alpinos de Furkapass (de categoría especial, con 16,5 km al 6.4%), Oberalppass (de primera, con 10,7 km al 5.6%) y Albulapass (especial, con 17,4 km al 6.8%), 211 kilómetros y 4.700 metros de desnivel en total, intentará defender. Otro día de sufrimiento. Otra prueba para Remco, que cedió dos veces, pero arañó un segundo.

Clasificación de la 4ª etapa

1º Felix Gall (AUT/Ag2r) - 3h 42:22

2º Remco Evenepoel (BÉL/Soudal) - a 1:02

Mattias Skjelmose (DIN/Trek) - 1:03

4º Cian Uijtdebroeks (BÉL/Bora) - 1:05

6º Pello Bilbao (ESP/Bahrain) - m.t.

14º Juan Ayuso (ESP/UAE) - 1:51

General

1º Felix Gall (AUT/Ag2r) - 11h 19:50

2º Mattias Skjelmose (DIN/Trek) - a 2″

3º Remco Evenepoel (BÉL/Soudal) -16″

4º Pello Bilbao (ESP/Bahrain) - 57″

6º Juan Ayuso (ESP/UAE) - 1:18