Rubén Sánchez es la nueva promesa del ciclismo español
Rubén Sánchez (17 años, Alcalá de Henares) hizo historia en Cali al convertirse en el primer español que ganaba un oro mundial en pista en categoría junior.
Poco importa si se trata de carretera o de la madera de pino siberiano de un velódromo. Él muestra la ambición de los más grandes, sea para brillar como Óscar Freire o Joan Llaneras. Sus características van, por esos perfiles, los de un ciclista rápido, potente y versátil, que siendo apenas un adolescente ya puede presumir de ser campeón del mundo.
Él es Rubén Sánchez (17 años, Alcalá de Henares), joven perla del ciclismo nacional que el pasado 27 de agosto hizo historia al convertirse en el primer español que se colgaba una medalla de oro mundial de ciclismo en pista (eliminación) en categoría júnior. “Fui a Colombia y corrí la primera prueba en el scratch. Sentí que tenía mucho gas. Me quedé con la espinita porque no me salió bien la carrera. Me quedaba la eliminación el último día y fui con todo desde la clasificación, que hice segundo. Tuve la mala suerte de que me caí y luego estuvieron cerca de eliminarme. Cuando quedaban cinco me lo empecé a creer y conseguí la victoria”, explicó el madrileño a AS sobre su inolvidable victoria en Cali.
Logros impropios de un chaval de su edad, que todavía practica el deporte que tanto ama sin descuidar unos estudios que en el futuro le llevarían al grado medio de Animación Deportiva (TAFAD). “Desde pequeño me gustó la bici, mi padre compitió y a mí me empezó a gustar. A los 9 años me apunté a un equipo en Coslada. Me viene de familia, porque mi abuelo era también muy aficionado”, detalla Rubén sobre una bonita tradición familiar que en el futuro puede apuntar a las cotas más altas de excelencia en este deporte: “Sueño con ganar el Mundial, la París-Roubaix… Esas son las dos que tengo marcadas. También me encantaría correr el Tour, Vuelta… Todas las grandes carreras”. Y es que sobre la carretera, el terreno en el que más le gustaría progresar, también pretende dejar su impronta en los próximos años. “No tengo intención de dejar de hacer pista, pero es en carretera donde hay que dar el callo. El año que viene quiero hacerlo mucho mejor, cuidarme en alimentación, ir al gimnasio, preparar más la pretemporada, nadar, correr… Hacer todo lo que pueda por mejorar”, confiesa el joven alcalaíno.
En persecución de esa excelencia, qué mejor ejemplo de motivación que el de su gran referente en el mundo del ciclismo: “Peter Sagan. Le veías llegar y ganar. Ahora me fijo más en Evenepoel. Es flipante lo que hace, aunque el camino de ser buen esprínter es el que quiero seguir”. Esos pasos le pueden llevar a unos retos más que ilusionantes en 2024: “Entrar en una convocatoria de la Selección de carretera y preparar la pista para correr Europeo y Mundial”. Anoten su nombre, porque apunta alto.