Roglic, doblete a lo Contador

Casi sin querer, Primoz Roglic levantó los brazos ayer en la quinta etapa de la Tirreno-Adriático. Su segunda victoria en la presente edición, un doblete poco habitual en los últimos años. Excluyendo a velocistas, sin ir más lejos, ningún corredor lo lograba desde 2014, cuando lo firmó Alberto Contador. “Con dos victorias de etapa, ya he conseguido más de lo que me esperaba antes de venir. Una de las razones que nos llevó a añadir esta carrera fue el hecho de poder sumar kilómetros con algunos de los compañeros que estarán a mi lado en el Giro (Wilco Kelderman, Koen Bouwman...). Con ellos, haremos todo lo posible para defender este maillot de líder”, decía el esloveno tras cruzar la meta.

Roglic, que no tenía inicialmente la Tirreno en su calendario, llegó a Italia tras medio año de inactividad. El 7 de septiembre, abandonaba en La Vuelta tras una dura caída en la 16ª etapa, cuando intentó sorprender a un Remco Evenepoel vestido de líder. El esloveno ya arrastraba problemas físicos del Tour de Francia y, tras el percance en la ronda española, se operó del hombro izquierdo. Ayer, sin aparente esfuerzo, volvía a hacer de la victoria su rutina. El jueves, remató con su portentosa capacidad finalizadora; en Sasotetto, lo hizo tras encontrarse con una oportunidad que, seguramente, ni buscó.

Roglic, a completar el déjà vú

Dos victorias en dos días y doblete a lo Contador. El ciclista español, en 2014, también se impuso de forma seguida en las etapas 4 y 5, con finales en Cittareale y Guardiagrele, respectivamente. En el primero de los dos triunfos, el de Pinto conseguía ponerse segundo en la general, a 16 segundos de un Michal Kwiatkowski que aseguró haber visto “al verdadero Contador”, el que “cambia de ritmo y te deja muerto”; en el segundo, con una exhibición, certificó su victoria en la carrera. Con un ataque a 30 kilómetros de meta, remató al polaco. Ahora, el objetivo de Roglic será completar el déjà vú.