Paula Ostiz: sueños en oro
La navarra culminó un año fantástico en categoría júnior con su oro europeo de contrarreloj y su plata mundial de fondo. En 2025 llegará al Movistar.
Un gen competitivo propio de los grandes campeones. Entre otras virtudes, eso es lo que demostró a sus 17 años Paula Ostiz en una temporada en la que se colgó el oro europeo de contrarreloj y la plata en el Mundial de fondo júnior, éxitos que le llevaron a fichar por el Movistar, equipo con el que se ha comprometido hasta 2028. Antes de recibir el Premio AS Promesa, la navarra atiende a este diario.
—Aunque todavía está en una fase temprana de su carrera, ¿cómo fueron sus primeros pasos en el ciclismo?
—Empecé gracias a mis dos hermanos, Toni y Raúl, pero a mi padre también le gustaba mucho la bici desde muy joven. Yo al principio solo iba a verles correr, hasta que un día les dije a mis padres que yo también quería apuntarme a la bici y ver qué tal se me daba. A raíz de ahí fui ganando poco a poco, hasta que este año pude conseguir grandes triunfos.
—Su madre siguió de cerca su actuación en los Mundiales. ¿Sus padres son de los que sufren con las carreras?
—Sí, bueno, mis padres vienen a carreras concretas y este año solo vinieron al Mundial. Para mí fue un orgullo verles junto con mi hermano. Es una alegría inmensa tenerlos ahí.
—A sus 17 años ya ha dado un salto de calidad muy grande. ¿Se esperaba esos resultados o le ha sorprendido?
—Sabía que podía conseguirlo. Al final, trabajé todo el año para ello y se vio la recompensa en septiembre, una gran alegría. Yo sí me esperaba poder optar a una medalla, pero nunca me imaginé ganar un Europeo de contrarreloj y quedar segunda en el Mundial.
—Esas grandes actuaciones le valdrán el salto a profesionales de la mano del Movistar. ¿Cómo recibió la noticia?
—Me hicieron un seguimiento desde cadete, así que ya me conocían un poco. Este año me invitaron a la concentración de enero y ahí ya vieron que tenía buenos valores, me hicieron un seguimiento y fiché por ellos. Firmé el contrato en marzo-abril y se hizo oficial cuando gané el Europeo.
—Y se ha asegurado una buena tranquilidad con su contrato hasta 2028. ¿Qué espera de esta unión?
—Lo primero que espero es aprender mucho de las mayores, ya que tengo en el equipo a grandes promesas y otras corredoras que vienen, como Marlen Reusser, que es muy cercana a las compañeras. Creo que ellas me enseñarán un poco a cómo correr dentro del pelotón y estoy muy feliz de poder estar con las mejores del mundo. Lo afronto con muchas ganas y, sobre todo, para aprender.
—Obviamente, ha generado mucha expectación con los resultados. ¿Cómo lleva la presión que pueda recaer sobre sus hombros?
—De momento lo llevo bien. La presión, como digo a todos los que me han entrevistado, siempre me la meto. Soy una persona a la que le gusta ganar y que cuando pierde se frustra un poco, porque sabe que ha trabajado mucho y que lo puede conseguir. Si pierdo una carrera aprenderé de lo que hice mal, y si gano estaré orgullosa de lo conseguido.
—En el Mundial de Zúrich se la vio algo seria a pesar de conseguir una fantástica plata. Eso habla de su carácter ganador.
—Sí, sí, eso es. Yo sabía que ese Mundial lo podía ganar, pero a falta de 13 kilómetros me dio un calambre y me fastidió mucho. Al final aseguré para llegar al esprint y fui segunda del mundo, que está muy bien.
—Esta temporada demostró sus cualidades en la crono, carreras por etapas, de un día, una buena punta de velocidad… ¿Cómo se define como ciclista?
—Diría que todavía soy todoterreno, pero cuando pase a profesionales creo que sabré un poco qué tipo de corredora soy. En general se me dan bien y me puedo defender en cualquier tipo de recorrido.
—¿Qué carreras sueña con ganar?
—Me gustaría ganar los Juegos Olímpicos, eso sin ninguna duda. También pienso en las grandes vueltas como el Tour de Francia, Giro o Vuelta, que sería un sueño muy grande.
—¿Y qué hay de las clásicas?
—Pienso que se me darían mejor que las grandes vueltas, pero eso hay que verlo conforme pasen los años.
—Lo que ya nadie le quita es el Premio AS Promesa, distinción que ha pasado por manos de grandes deportistas. ¿Cómo se siente?
—Cuando me lo contaron me hizo mucha ilusión porque nunca he acudido a una gala tan especial. Poder formar de ello es una alegría muy grande, la verdad.
—En lo personal, ¿compagina el ciclismo con sus estudios?
—Ahora mismo me estoy sacando 2º de bachillerato, que lo estoy haciendo distancia, así que por las mañanas siempre entreno y luego cuando vengo del entrenamiento siempre como y me pongo por las tardes a estudiar un poco. Intento llevar la materia al día para sacarme el curso.
—¿Y en qué ocupa su ocio?
—En mi tiempo libre, suelo descansar y poco más (risas), no hago ningún otro deporte.
—¿Qué es lo más duro de ser ciclista?
—Ahí me pillas (risas). Creo que lo más duro pueden ser principalmente las caídas, que como te pille alguna fuerte y tengas una lesión puede ser algo grave. Otra cosa sería la nutrición, porque para conseguir grandes cosas te tienes que cuidar y yo creo que eso es un punto que a mí me cuesta habitualmente, pero intento llevarlo poco a poco.
—Un deseo deportivo para 2025.
—Ganar el Mundial, sin ninguna duda.
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