La racha no para: ¡Héctor Álvarez gana la cuarta medalla para España!

En las últimas semanas, el ciclismo español vive en una celebración constante. Este sábado, tras un esprint “de infarto”, Héctor Álvarez consiguió la cuarta medalla para la delegación nacional en los Europeos de Francia, tras los éxitos de las Paulas, Ostiz (doble oro en júnior) y Blasi (oro en fondo Sub-23). ¡Que el ritmo no pare! El valenciano, de sólo 18 años, un proyecto interesantísimo, se colgó el bronce en una prueba de fondo Sub-23 que conquistó el belga Jarno Widar, llamado a grandes empresas, y en la que el francés Maxime Decomble se llevó la plata. Los dos cruzaron la línea de meta en solitario. Álvarez, en cambio, con una potencia curtida en la pista, venció dentro de un reducido grupo perseguidor. Lo dio todo. Y se desquitó.

Porque Héctor, que lleva tiempo acumulando grandes resultados en categorías inferiores, ya le dio al palo en los Mundiales de Ruanda, hace poco más de una semana. En África, terminó noveno en la contrarreloj y, sobre todo, cuarto en la prueba de fondo Sub-23. “Tengo que estar contento. Veníamos con ganas de poder hacer medalla. A lo mejor me precipité al ir por delante, pero nunca sabes. A toro pasado...”, lamentaba entonces. “Ya se trabajó en Ruanda para conseguir esta medalla y aquí en Francia se ha conseguido con Héctor Álvarez. Felicidades a todo el equipo Sub-23 por su esfuerzo y resultado”, le dedicaba esta vez el seleccionador nacional absoluto, Alejandro Valverde (el Sub-23 es Lute Anguita), minutos después del éxito. Esta vez, y tras otro buen puesto en la contrarreloj europea (fue séptimo), el trabajo tuvo recompensa.

En Guilherand-Granges, España se volvió a plantar con un bloque muy compacto, talentoso y con la misión colectiva clara. Como en Ruanda, Adrià Pericas (16º) y Pau Martí (33º) volvieron a trabajar para Álvarez sobre un recorrido de 121,1 kilómetros y muy exigente, con tres subidas a Sant Romain de Lerps (7,1 km al 7%) y otras tres a Val d’Enfer (1,6 km al 9,8%). El momento decisivo del día, que destrozó el pelotón (el campeón mundial en Ruanda, el italiano Lorenzo Finn, sólo pudo ser 10º), se produjo en la última subida a la segunda cota mencionada. En la base, Widar lanzó su ataque ganador y sólo Héctor y Decomble le pudieron salir a rueda, aunque cediendo antes de la cima. El francés, en la persecución, también se deshizo del español, obligado a jugarse la medalla al esprint.

En la volata, no falló. “Jarno y Maxime han sido más fuertes. Nos hemos quedado un grupo de siete u ocho por el bronce. Sabía que era rápido, he jugado mi carta y he lanzado el esprint desde lejos, a falta de 300 metros. Me ha saltado el cambio y casi me caigo. Ha sido un final de infarto, pero hemos conseguido la medalla que tanto perseguía este año”, valoró y celebró Álvarez. Pese a los contratiempos, nadie pudo hacer frente a un corredor con la potencia para ganar también en pista. Este mismo año, el valenciano ya fue campeón de Europa Sub-23 en ómnium. En carretera, el año pasado, ya fue plata europea júnior. La próxima temporada, seguirá en el equipo de desarrollo del Lidl-Trek, todavía sin dar el salto al World Tour. De momento, no lo necesita para dar alegrías a España, que en las últimas semanas había celebrado a lo grande con su ciclismo femenino (cuatro medallas mundialistas y tres europeas). Héctor trajo el primer metal masculino.

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