Iván Romeo: “En el Movistar construimos muchas alegrías”

Iván Romeo (21 años, Valladolid) no pudo contener las lágrimas, de emoción, de inmensa alegría, por su primer triunfo profesional en la reciente Volta a la Comunitat Valenciana. El gigante del equipo Movistar, con su imponente 1,93 m de estatura, es otra de las jóvenes perlas de una estructura telefónica que no dudó en ampliar su contrato hasta 2028. El año pasado conquistó el título mundial de contrarreloj Sub-23, pero este año, en el que podría llegar su estreno en una gran vuelta, apunta al arcoíris de la categoría élite, donde empieza a codearse con los grandes de la especialidad. Este martes será uno de los aspirantes a la victoria en la crono del UAE Tour, carrera en la que atiende amablemente a AS.

—Qué gran inicio de temporada lleva el equipo. ¿Cómo se encuentra?

—Sí, bueno, llevamos poquito. Entonces todavía es complicado yo creo hacer una valoración, pero sí, por lo que llevamos, yo en Valencia y un poco más en general el equipo también con Australia creo que sí. Está siendo un muy buen inicio de temporada, tanto personal como colectivo, y creo que intentaremos mantener esa línea.

—Se le vio muy emocionado con esa primera victoria profesional en Valencia. ¿Qué sintió?

—Son muchas cosas. Lo que sientes al final, es lo que llevas buscando mucho tiempo. Mi objetivo de la temporada era conseguir mi primera victoria profesional y conseguí quitarme ese peso de encima en la primera vuelta del año. Siempre es bonito, es por lo que trabajamos día a día y también por cómo lo hicimos. Fue un trabajo de equipo muy, muy bueno y sabe mejor todavía.

—Con el objetivo prioritario ya conseguido a las primeras de cambio esta temporada, ¿le cambian los planes?

—No, cuanto más, mejor. Al revés, ganar tan temprano lo que te hace es darte cuenta de que estás ahí, de que puedes estar con los mejores y de que puedes intentar seguir sumando. Es lo que vamos a intentar, ya sea aquí o en las siguientes carreras, intentar cumplir los objetivos del equipo, que son objetivos ambiciosos que nos hemos presentado este año y por ahora creo que estamos superándolos incluso.

—¿Qué le pide el equipo en años venideros?

—Me falta todavía desarrollarme. Poco a poco vás viendo un poco el tipo de corredor que puedo ser, sin saberlo todavía del todo. Este año es importante porque ya puedo estar disputando carreras de máximo nivel y también eso me va a dejar ver qué tipo de corredor puedo llegar a ser y qué carreras puedo disputar. En el equipo vamos carrera a carrera, día a día, me queda todo por hacer.

“El Mundial de contrarreloj es mi gran objetivo del año”

Iván Romeo (Movistar Team)

—Por su físico y condiciones, la gente habló de su semejanza con Miguel Indurain, siendo ambos corredores corpulentos y grandes contrarrelojistas. ¿Impresiona o se lo toma como un halago?

—Sí, me hace gracia, al final los que sabemos de esto y estamos desde dentro, son comparaciones que la gente hace, es normal, pero ojalá llegar a ser la mitad de lo que fue él y creo que también somos corredores muy diferentes. Nunca me he planteado, y dudo mucho de disputar una gran vuelta en el futuro, tal y como está el ciclismo de hoy en día. Sí vueltas de una semana, que es un poco lo que estoy intentando hacer este año, pero hasta ahí, tal y como es el ciclismo ahora, es imposible lo demás. Pero bueno, si hay algo en lo que nos parecemos, por pequeño que sea, gracias al que haya hecho esa comparación.

—Si pudiera elegir, ¿le gustaría parecerse a Indurain o a algún otro ciclista histórico?

—No, histórico no te diría. No me centro en eso, creo que si te centras en una cosa muy puntual, al final te hace también perder otras muchas cosas. Me centro es en ser la mejor versión de mi mismo día a día, porque al final la carretera te pone en tu sitio. Lo mejor que puedes hacer es estar preparado para lo que toque y afrontarlo.

—Después de ver su mejoría en los últimos años, ¿cuánto margen de mejora cree que tiene todavía?

—Esa es una pregunta que yo también me hago. Al final, por suerte, estos últimos dos años he dado un salto enorme. Tanto el año pasado como del año pasado a este año, creo que he dado el salto más grande que he tenido. Tanto en números, como en consistencia, como en otras muchas cosas. Creo que sí que me ha sorprendido un poco a mí y al equipo también. Llegará un punto en el que esa mejora sea más pequeña y que tengas que centrarte en mejorar otras cosas. No importan tanto los números máximos, sino las veces que seas capaz de repetirlos en carrera, de hacerlo con fatiga… Eso es lo que más estoy trabajando este año, y aun así me queda muchísimo por trabajar y eso solo se consigue con los años.

—En años anteriores, varios jóvenes que destacaron en el Movistar como usted salieron del equipo. ¿Puede desestabilizarle que empiecen a llamar a su puerta?

—No, yo estoy muy tranquilo. Al final he firmado cuatro años con el equipo, hasta 2028. Creo que tenemos un núcleo de corredores jóvenes muy bueno y que estamos construyendo algo que va a estar muy bien y que creo que va a dar muchas alegrías a la gente. Tenemos muy buena amistad entre nosotros, somos amigos tanto fuera como dentro de la bici. Creo que estamos todos aquí muy contentos en el equipo. Desde el primer momento se nos ha tratado muy bien. También estamos donde estamos gracias al Movistar y creo que no pensamos en eso ahora mismo.

—El año pasado se proclamó campeón del mundo de contrarreloj Sub-23 y avisó de que en 2025 iría a por el arcoíris en élite. ¿Lo mantiene?

—Sí, sí, totalmente. Es mi objetivo más grande del año, poder estar ahí y conseguir un buen resultado. En 2024 conseguí el título Sub-23 y ahora hay que pensar en el siguiente. Yo siempre pienso en estar con los mejores, ya sea en dos, en tres, en cuatro, en cinco años. Sé que va a llevar un tiempo, soy consciente. Pero la única forma de empezar a acercarse es teniendo esas oportunidades y cogiendo experiencia en ese tipo de cronos. Si consigo esa plaza, tocará prepararlo al máximo e intentar hacerlo lo mejor que pueda.

—Además de este gran reto, ¿qué más calendario tiene por delante?

—Bueno, ahora tenemos UAE y luego París-Niza. Luego la idea es ir a alguna clásica, más vueltas de una semana y hacer mi primera grande. Pero eso es el equipo el que lo tiene que decir. Yo hago lo que se me manda y donde el equipo crea que estoy listo para correr. Después me centraré en el Mundial, si tengo el visto bueno del seleccionador, porque ganárselo no va a ser fácil.

—Si pudiera elegir, ¿en qué grande debutaría este año?

—Todos queremos correr el Tour. Es la carrera más grande que hay y todos queremos estar ahí. En La Vuelta hay una crono en Valladolid, o sea que tampoco me importaría (risas). La que toque será porque el equipo piensa que es lo mejor para mí y confío plenamente en el equipo.

—Fuera de la competición, ¿cómo es su día a día?

—Gira mucho alrededor de la bici. Mi entorno, mi hermano, mis mejores amigos, son ciclistas profesionales también, entonces también me facilitan mucho las cosas. Me gusta mucho el baloncesto, me gusta ver NBA por las mañanas siempre, cuando me levanto, antes de salir a entrenar. Y luego disfruto un poco del día, descanso por la tarde. Somos gente muy sencilla. La verdad que es un poco aburrida nuestra vida de vez en cuando, pero bueno, nosotros la disfrutamos a nuestra manera.

—Ahora que menciona la NBA, ¿cómo vio el traspaso de Doncic a los Lakers?

—Es una locura total. Yo llegué a ver a Luka en Madrid, fui a Dallas y le llevo siguiendo ahí los siete años que ha estado. A uno le explota la cabeza. Me acuerdo de que me levantó un amigo a las siete de la mañana llamándome por teléfono y no me lo podía creer y pensaba que era broma. Estará divertido verle jugar con los años que le queden a LeBron y en Los Ángeles. Igual se retira antes Luka (risas).

—¿Es aficionado a otros deportes?

—Juego al baloncesto con mi hermano, algo que me gusta hacer cuando tengo algún día de descanso. Y poco más. En eso se basa el día: levantarte, baloncesto, entrenar, comer, descansar y volver a repetir el proceso. Soy un tío bastante sencillo en ese sentido.

—Siendo de Valladolid, mejor no seguir tanto el fútbol ahora…

—Sí, está la cosa complicada. No soy muy aficionado, pero sí que por desgracia entiendo que está complicado el año. Por suerte no es uno de mis focos, así que no estoy sufriendo mucho (sonríe).

—¿Qué es lo mejor y lo peor de ser ciclista profesional?

—A mí me encanta esta vida, entrenar, intentar ser un poco mejor cada día, tener pequeños objetivos todos los días y luego tener objetivos más grandes a medio o largo plazo. Creo que es mi forma de vida. Lo peor, tendría que decir obviamente cuando tienes alguna lesión o alguna caída, pero bueno, es parte del proceso. Mirándolo con perspectiva, cada vez que he tenido una lesión o algún problema siempre lo ves como algo bueno porque te ha llevado a ser un poco mejor, o por lo menos así es la mentalidad que tengo yo. Son pocas cosas malas, no me puedo quejar.

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