El daño del coronavirus en Chris Froome

Chris Froome ya mira con ilusión a una temporada 2023 después de no poder evitar el descenso del Israel-Premier Tech en el UCI World Tour y tras un año 2022 en el que el británico ha vuelto a tener más luces que sombras.

Unas sombras que en el tramo final de temporada han tenido como culpable al coronavirus. Después de volver a ver la mejor versión de Froome en la etapa de Alpe d’Huez en el Tour de Francia, donde terminó tercero en la etapa, Froome se vio obligado a abandonar antes de la decimoctava etapa tras dar positivo en coronavirus.

En un vídeo que el propio Froome ha subido a su canal de YouTube, el británico revela el daño que le hizo el Covid esos meses y cómo le afectó en la Vuelta a España. “Desde que pasé el coronavirus no he tenido mucha energía sobre la bicicleta. Me sentí muy débil durante las tres semanas en La Vuelta”.

Un daño que Froome justifica con cifras, asegurando que han bajado considerablemente sus niveles de consumo máximo de oxígeno. “Mi consumo máximo de oxígeno es de 72,1 cuando en 2015 era del 84,6. Esta claro que esto tiene relación con el coronavirus”.

De hecho Froome señala que el coronavirus también hizo que temiera posibles daños en el corazón a causa de la enfermedad. “El Covid también ha tenido un fuerte impacto en mi corazón. Recientemente me he hecho pruebas en Israel para verificar que todo esté bien”.

Una vez superado este periodo tan difícil a causa del Covid, Froome quiere volver a hacerse notar en el pelotón y ya mira con ganas a la temporada 2023. “Me siento genial por volver a entrenar con normalidad. Ahora tengo energía de nuevo y ya no voy tan lento”.