Azparren acaricia la gloria

Desde Al Rustaq Fort, uno de los castillos más importantes de Omán, partía la segunda etapa (cinco el total) del Tour por el país de la Península Arábiga, la más larga de esta edición al superar los 200 kilómetros bajo el imponente sol omaní. Sobre el papel, era un día para finishers, corredores con un buen punto de velocidad explosivas en un día repleto de cotas, pero en un vibrante pulso entre escapada y pelotón se impuso lo primero por tan solo ¡dos! segundos. El triunfador fue el belga Louis Vervaeke, del Soudal, que estrenó su palmarés tras más de diez temporadas como profesional. Siendo uno de los gregarios por excelencia del equipo, su día de gloria le llegó a los 31 años... y, en meta, agradeció el trabajo de alguien que fue vital, aunque hubiese preferido otro desenlace, para la victoria: el español Xabier Mikel Azparren.

“Estuvo muy fuerte durante todo el día y agradezco su colaboración”, dijo el belga tras el podio. Y es que, de salida, se formó una fuga con cinco integrantes, siendo uno de ellos, por segundo día consecutivo, Rodrigo Álvarez, del Burgos BH. Su buen hacer le permitió subir posteriormente al podio por liderar la combatividad. “Es una etapa que tenemos reconocida porque la Clásica de Muscate fue similar. Habrá que estar atentos”, contaba en la salida Xabier Mikel Azparren, destacando que se estaba encontrando “bastante bien”. Luego, lo demostró. Por partes: atacó, desde el pelotón, el belga Vervaeke. Todavía quedaban 140 km a meta y la fuga estaba casi a cinco minutos. Poco después, el español se unió. No tardaron mucho en contactar, y es que el belga vio bien la llegada de un refuerzo, e incluso el equipo Soudal daba agua si lo necesitaba al vasco. Colaboración en el desierto.

Los dos hicieron camino hasta que contactaron con los cinco de cabeza tras una gran remontada en una jornada sinuosa y con Azparren lanzándose en las bajadas, mientras que Vervaeke le costaba seguir su rueda en dichos tramos. Más tarde, sin éxito, Madouas y Aular trataron de repetir la jugada, pero el pelotón no les dio margen. Los escapados ganaban enteros en disputarse la victoria, pero la ventaja iba menguando, tocaba apretar. En un tramo sinuoso, en el que se veían tanto fugados como pelotón al pasar por carreteras paralelas, Vervaeke atacó en la subida final, Al Jissah. Azparren intentó seguir su rueda... y no pudo, consciente de que ese era el movimiento bueno. Coronó en cabeza a falta de 10 km para acabar y aunque el vasco le tenía en su mirada, no fue posible.

Después, aprovechando el terreno favorable, el grupo principal subió el ritmo y tan solo llegaron dos segundos tarde, ya que Vervaeke pudo celebrar mientras por detrás se disputaba un accidentado esprint con varias caídas, una de ellas de Ruben Guerreiro, del Movistar, y David de la Cruz. El Soudal remató su día fantástico con un doblete al ser Paret-Peintre segundo mientras que Azparren cruzó la meta en el grupo principal y con cierta decepción, porque se quedó a un paso, pero también con la satisfacción del trabajo bien hecho. “Es una pena. Hacía tiempo que no me veía en la pelea y por esa parte es bonito, pero Vervaeke lo hizo mejor que yo. Cuando vio que se movió, y como estaba el día, sabía que podía tener futuro. Fuimos calculando. Él calculó y a mí me salió por la culata”, lamentaba a AS el del Q36.5, que destacaba que este “no era el plan inicial”. Lo bueno, que todavía quedan más oportunidades, siendo este lunes (10:00, Youtube de OmanSports TV) una jornada teóricamente para escaladores.

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