Ayuso, Roglic y un segundo de diferencia: Montjuïc decidirá

Hablar de lo puramente deportivo ocurrido en la sexta etapa de la Volta a Catalunya se resumen en 25 minutos de acción, alrededor de 26 km competitivos y victoria de Quinn Simmons en el picante final de Berga. Prácticamente, pese a la meritoria victoria del estadounidense después de un tiempo de sequía (desde 2023), fue lo de menos. Para empezar, en la noche del viernes la organización ya había informado de la supresión del puerto de Pradell, para muchos el más duro de esta Volta (14,6 m al 8,7%) por las fuertes rachas de viento previstas. En este caso, era más ‘peligroso’ el descenso que el ascenso. Las modificaciones imprevistas, y más polémicas, llegaron en la mañana del sábado: Queralt (4,2 km al 7,1%), la otra gran subida del día, no formaría parte de la etapa. Ahora la duda básicamente era si se corría o no.

Pasaban las 14:00 de la tarde y, todavía sin comenzar, las dudas se acrecentaban. Algunos corredores, visto lo visto, eran partidarios de no correr. Otros, (Ayuso, Landa, Mas, Verona...) sí querían un día competitivo en una localidad, Berga, con un ambiente espectacular. Finalmente, la organización tomó una decisión: un circuito alternativo con dos vueltas, cada uno de alrededor de 70 km, con un paso por la picante meta de Berga antes del segundo y último. Pero hubo más cambios: esta primera vuelta iba a ser neutralizada, es decir, tras el coche de dirección de carrera. 70 km a ritmo de ruta con algunos corredores, como Del Grosso, haciendo caballitos sin manos. Todo se iba de hora y en el ecuador de la primera vuelta numerosos corredores (Roglic, Marc Soler, Fraile...) se acercaban al coche de dirección para encontrar una solución.

El argumento de buena parte del pelotón era que, el hacer una segunda vuelta implicaría a que todo se fuese de tiempo: acabar sobre las 18:00 de la tarde, luego más de dos horas de traslado al hotel, cambio de hora (una menos) la próxima madrugada, mañana madrugón y etapa tempranera (empieza a las 11:00) en Barcelona, una jornada, esta última, ya recortada y adelantada días atrás por la disputa del Barça-Girona (16:15). En resumen, se tomó la decisión de lo que quedaba de vuelta en ese momento fuese competitivo, que no se disputase la segunda, que se eliminasen los esprints intermedios y que en meta los tiempos para la general contasen a 5 km del final, sin bonificaciones. Es decir, 25 km de acción, 20 reales para la mayoría salvo para Simmons, que en los últimos metros fue el mejor. Para buena parte del pelotón (y destacando que siempre su seguridad es la máxima prioridad), un esperpento.

De este modo, la Volta se decidirá este domingo en Montjuïc, que se subirá en seis ocasiones, y sus posteriores bajadas (que estarán en el Tour 2026), siempre intensas. Juan Ayuso llega al frente de la general con tan solo un segundo de ventaja sobre Primoz Roglic, por lo que las bonificaciones apuntan a decidir la Volta, tanto en el paso intermedio como en meta, ya que ambos también se postulan como grandes candidatos para la victoria en la Ciudad Condal. “Estoy un poco en shock. No quería jugarme una Volta así, quería como estaba previsto (por la dureza), pero hay que adaptarse a las circunstancias”, dijo el del UAE, que aspira a seguir su temporada de ensueño ante un durísimo rival. También en una semana especial tras la dura pérdida de su tía Raquel escasos días antes de arrancar la Volta. La lucha por el podio, también en un pañuelo con un segundo de ventaja para Enric Mas sobre Mikel Landa. Uno de los días ciclistas más extraños de la temporada que da paso a otro de los que apuntan a ser más emocionantes.

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