Ayuso recupera el liderato y Brennan repite al esprint el día de los abanicos

Juan Ayuso es un inconformista. Va en su ADN de campeón, en su gen competitivo. Lo demostró en la cuarta etapa mandando a su equipo tirar para luchar por la victoria, cuando lo fácil era dejar la responsabilidad a otros, con el riesgo que eso conllevaba ante un rival de la talla de Primoz Roglic. La jugada salió mal, con el esloveno alzando los brazos en Montserrat, pero un día después vuelve a mandar el español en la general de la Volta a Catalunya. Un segundo, el exiguo botín que consiguió hoy en la quinta etapa (triunfo de Matthew Brennan en una resolución marcada por los abanicos) en un esprint intermedio, será la renta que defenderá Ayuso sobre Roglic en la traca final de la Volta, en los dos días decisivos que definirán la ronda catalana.

“Hemos visto que en esta Volta cada segundo se está disputando. Hasta hoy íbamos empatados a tiempo y mañana será parecido. Cada esprint bonificado, cada bonificación en meta puede decantar la general. Cada segundo que podamos coger, mejor que mejor”, explicó Ayuso, consciente de que cada pequeña victoria en esta carrera puede resultar trascendental en su desenlace. Comenzará este sábado con una jornada de montaña, reducida a 118 km por la alerta de viento que se ha activado en Cataluña, y tres puertos puntuables (se suprimió la ascensión al Pradell): Coll de Batallola, Collada de Sant Isidre (5 km al 8,8%) y el final en alto en Queralt. El domingo llegará la explosiva clásica de Montjuïc, con su sucesión de ascensos. Hagan sus apuestas.

El viento estuvo presente desde los primeros compases de la etapa, y eso dejó una sensación permanente de tensión. Bien temprano, Bruno Armirail, Michael Leonard, Enzo Paleni, Mats Wenzel, Jokin Murguialday, Mikel Bizkarra y un Jan Castellón que se incorporó más tarde establecieron la escapada. El pelotón dejó hacer, por lo que los fugados se repartieron los jugosos segundos de bonificación del esprint intermedio de Móra la Nova, esos que pueden decidir esta Volta. Pero para el ecuador de la etapa, el pelotón empezó a volar por carreteras anchas. La intención no era otra que la de estar prevenidos, bien situados en caso de que alguien buscase provocar cortes aprovechando el viento.

Eso hizo que, después de mucho estirar el chicle, la aventura de Paleni, último superviviente de la fuga, terminase a falta de 23 km. Fue justo antes cuando llegó el frenesí final, empezando por un esprint intermedio de L’Aldea en el que Ayuso fue más hábil que nadie. El español sorprendió a Roglic y bonificó 1 segundo, lo que le permitió recuperar el liderato de la carrera. Después llegaron los abanicos, con varios de los hombres de la general damnificados, como Landa y Lenny Martinez. Tras unos minutos de incertidumbre, ambos consiguieron reengancharse al primer grupo (de Roglic, Ayuso, Bernal, Mas, Carapaz…), pero no los grandes derrotados de la jornada, que dicen prácticamente adiós a la general tras ceder 42 segundos en meta: Van Eetvelt y Juanpe López.

Varios hombres rápidos afilaron el cuchillo camino del esprint, conscientes de que tendrían total libertad para disputar la etapa por parte de los hombres de la general. Ellos eran Del Grosso, Bittner y Brennan, pero la gloria recayó sobre este último, que venció con muchísima autoridad para repetir éxito en la Volta, la carrera de su descubrimiento. Restan los dos últimos días de carrera, empezando por el final en alto en Queralt: 6 km al 7,5% de media. Llega la traca final.

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