Alarma para el campeón: Philipsen, en ambulancia a tres días de Milán-San Remo

Las temporadas ciclistas pueden cambiar en cualquier instante. El mejor ejemplo es la Itzulia del año pasado, con las caídas de Evenepoel, Roglic y Vingegaard en la cuarta etapa. Este miércoles, Jasper Philipsen lo sufrió en sus propias carnes. Además, de forma muy cruel. El belga, ya en el último kilómetro, tratando de posicionarse para el esprint de una Nokere-Koerse en la que partía como favorito, se fue al suelo de forma muy dura, saliendo despedida su bici tras el impacto. Después del accidente, el corredor del Alpecin se pudo levantar, pero con muy malas sensaciones. Se apoyó en el sillín de su bici y, con la parte derecha del cuerpo muy magullada, esperó a la ambulancia, que le trasladó rápidamente para ser tratado. Una noticia muy mala en cualquier circunstancia, pero aún más en este momento, a tres días de la Milán-San Remo, en la que partía entre los grandes aspirantes al triunfo. El año pasado, sin ir más lejos, fue el ganador del Monumento.

“A pesar de que Philipsen fue trasladado inmediatamente a la ambulancia tras el accidente, no fue necesario llevarlo al hospital. Tiene abrasiones superficiales en el lado derecho. Probablemente, le tendrán que coser la mano entre los dos dedos. Pero son, sobre todo, los moretones. Si te caes fuerte, tienes algunos moretones y rigidez. ¿Esta caída hará que pierda sus oportunidades en Milán-San Remo? Habrá que esperar. La noche dirá cómo se levantará. Ya veremos. Normalmente, viajará a Italia mañana (por este jueves) por la noche”, comunicó pocas horas después de la caída el director deportivo del Alpecin, Preben van Hecke.

En lo que va de temporada, las sensaciones de Philipsen habían sido muy buenas. No pudo lograr ninguna victoria en el UAE Tour, con dos podios, ni en la Omloop Nieuwsblad, en la que fue tercero, pero sumó su primer triunfo de la temporada en la Kuurne-Bruselas-Kuurne, en el día de su 27º cumpleaños. En la Nokere-Koerse, después de tomarse un descanso, se estaba mostrando como el más fuerte. En una carrera reservada para los hombres rápidos del pelotón, pero dura, con colinas y varios sectores adoquinados, el belga lo probó de muchas formas. En el tercer ascenso al Nokereberg (se subía cuatro veces), a unos 40 kilómetros de meta, ya rompió el pelotón, como volvería a hacer a 10 km de meta. En los dos casos, sin éxito, dejando la resolución en manos de ese fatídico esprint.

La otra cara de la moneda fue para Nils Eekhof (Picnic-PostNL), que superó a Matteo Moschetti (Q36.5 Pro Cycling) sobre la línea de meta. Una gran alegría para el holandés, que también había sido víctima de las caídas recientemente. Desde que se fuera al suelo en el AlUla Tour, en enero, no había podido volver a competir. “Es una victoria muy importante. Es mi primera victoria profesional en una etapa (tiene otra, pero en contrarreloj). Estoy muy contento de haberla conseguido hoy. Estoy superemocionado por este regreso. Fue una larga subida. Estaba posicionando a mi compañero Pavel Bittner. Los rivales atacaron desde lejos, pero todos empezaron a agotarse. Esperé un rato y luego pensé: ‘Vale, voy a lanzarme ahora’. Seguí hasta la meta y nadie más me pasó”, celebró tras levantar los brazos. La alegría fue para él. La tristeza, para Philipsen, cuya presencia en la Milán-San Remo queda en el aire.

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