La Itzulia de las caídas y los hospitales
Todos los días ha habido episodios en una edición menos exigente que ha permitido que el pelotón llegara casi siempre completo a las líneas de meta.
La Vuelta Ciclista al País Vasco siempre se ha caracterizado por diseñar tramos complicados, descensos peligrosos y llegadas a lugares inaccesibles. Pero este año ha sido más light y, curiosamente, eso ha provocado más caídas y visitas a los hospitales. El pelotón apenas perdía efectivos durante la etapa y afrontaba los kilómetros finales con más de 150 corredores en el grupo. Nervios, marcajes, maniobras peligrosas... y caídas.
Casi todas se han producido adelante, en la zona en la que iban los hombres importantes de la carrera, con muchos lugartenientes a su alrededor y filas de seis corredores en tramos en los que caben cuatro. Además, como el día de Alsasua, se llega por una carretera general de casi cuatro carriles y se enfila una cuesta, una calle, en la que caben muchos menos efectivos. Ese día se fue al suelo Juan Ayuso pero no perdió tiempo ya que estaba dentro de los kilómetros de protección.
El lunes, en Irun, Tom Pidcock se cayó en la vuelta de reconocimiento de la crono individual por culpa del viento. Fue antes de comenzar la carrera y tuvo que visitar el Comarcal de esa ciudad antes de abandonar sin haber empezado. Luego, en plena competición, Remco Evenepoel besó el asfalto en una de las primeras curvas. El martes, cerca de la frontera, nueva caída que implicó a Jonathan Lastra y a Ion Izaguirre. Un corredor kazajo se montó en el coche del equipo y abandonó. A poco más de 3 kilómetros de la meta de Kanbo, hubo otra montonera que cortó a muchos corredores de cara la General. Por ejemplo, a Ion Izagirre.
El tercer día fue el de Espelette-Alsasua. Primoz Roglic se cayó en una zona industrial de Olaberria, en una rotonda, porque una alcantarilla le hizo perder el control de su bicicleta y en lugar de coger la curva, se fue recto. Luego recuperó las diferencias y se metió, magullado, en el pelotón. A 1,3 de la meta, hubo otro episodio desafortunado con Juan Ayuso implicado pero el Jurado Técnico les dio el mismo tiempo que al ganador de la etapa. Molestias en el músculo flexor, abrasiones y susto para el ciclista del UAE.
La jornada entre Etxarri y Legutio fue la más peligrosa con el accidente de Vingegaard, Remco, Roglic, Vine, Quinn y compañía. Doce corredores se vieron involucrados en la misma y seis de ellos pasaron por el hospital: cuatro a Txagorritxu en Vitoria y dos a Mondragón. Fracturas de clavícula, escápula, de costillas, algunos neumotórax, lesiones costales y vertebrales y demás consecuencias graves. Evenepoel ya fue operado ayer en Bélgica y Vingegaard sigue en observación en la capital alavesa. Y no es el único.
Vitoria-Amorebieta era la quinta etapa y fue la de la caída de Mikel Landa junto a su compañero Gil Gelders. El alavés se rompió la clavícula y dos costillas pero, al no haber desplazamiento, no pasará por el quirófano. Gelders salió mejor parado y apenas tuvo abrasiones y rozaduras. Esas son, hasta ahora, las caídas más contundentes de la Itzulia 2024 pero, lógicamente, ha habido más. Y todavía no ha terminado una edición que hoy atraviesa un trazado de 137 kms. con siete puertos entre Eibar y Eibar. Un dato, se calcula que Remco Evenepoel se metió en un bosque de hayas en la bajada de Olaeta a Cruceta a una velocidad de 78,2 kms/hora.
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