Jon Barrenetxea se impone en el Circuito de Getxo
El Movistar Team afrontó los últimos kilómetros con cuatro efectivos y fueron los grandes protagonistas en un esprint de subida muy largo. Susto con una caída de Juanpe López.
Una de las señas de identidad de esta carrera es la cuesta de Txomintxu, que llega a tener un 14 % de desnivel. Se suele agarrar bastante y, sobre todo en los últimos 150 metros, parece que la meta está cerca pero no se acaba de alcanzar nunca. Por eso se elige como recta de llegada. Sin apenas curvas, empinada, tiesa y exigente. Desde la parte alta de esta colina de Getxo se ve el mar que baña la playa de Ereaga, en el Abra. Pike Bidea hizo la selección definitiva varios kilómetros antes pero fue Txomintxu la que decidió el podio final: Barrenetxea (Movistar), Champoussin (Arkea) y Aular (Caja Rural) completaron el cajón.
“Esta victoria entraba dentro de mis planes. Desde la Amstel estaba con problemas porque me rompí la clavícula y fue bastante duro. Un mes sin poder tocar la bici. Volver suele ser aún más duro, llegas a las carreras con miedo aunque pienso que me he recuperado bastante bien y que he cogido una buena forma. Ya tuve buenas sensaciones en Burgos y para mí este triunfo es muy especial. He estado entrenando en Andorra y todo el trabajo realizado allí ha salido hoy a la luz. Dedico esta victoria al equipo, que ha estado de diez. Me han dejado la responsabilidad de luchar por el triunfo sin ser una persona con grandes victorias profesionales y tengo que agradecérselo de verdad”, aseguró el vencedor, que vive a un cuarto de hora Getxo, en Mungia.
Los del conjunto telefónico no se dejaron ver demasiado durante la carrera pero aparecieron en el momento oportuno. Pedrero, Rubio y Romo lanzaron al vizcaíno en las rampas finales hacia su gran triunfo en casa. Desde 2019, cuando Jon Aberasturi ganó esta misma carrera, ningún vasco había terminado en lo más alto. Hubo una escapada buena de siete efectivos durante todo el día, que fue reduciéndose, unidad a unidad, por lo que todo acabó decidiéndose en los kilómetros de la verdad. La fuga, que terminó con solo tres efectivos, cayó cuando se cumplían las tres horas de carrera y quedaba medio centenar de kilometros para el final. Juanpe López se fue al suelo bajando Pike junto a otros corredores y, según información vertida por el médico, los cuatro se levantaron sin grandes lesiones ni consecuencias importantes para la salud.
El más afectado parecía Anthon Charmig, un Astana, y ahora serán sus equipos los que se encarguen de dar la información a través de comunicados oficiales. Un par de horas más tarde, ha sido el propio Juanpe el que ha tranquilizado a los aficionados con una reflexión en las redes sociales. En X, antiguo Twitter, ha expresado que “acabo de ver el vídeo de la caída de hoy... que suerte he tenido... esto es el ciclismo. Y seguro que volveremos de la mejor manera. Muchas gracias a todos por vuestros ánimos”. El andaluz, que está acostumbrado a entrenar y competir con temperaturas altas, estuvo muy activo en la subida y la bajada del último puerto. Cuando se cayó, encabezaba al grupo escapado de veinte unidades.
Lo primero que ocurrió fue el anuncio del cambio de condiciones para afrontar el calor que se presagiaba en Vizcaya para todo el domingo. Se hablaba de temperaturas cercanas a los 40 grados -en la práctica se llegaron a alcanzar casi los 43- y, de madrugada, la organización comunicó lo inevitable: “el Circuito de Getxo retrasará su salida a las 12:45 y restará una de las vueltas cortas debido a las altas temperaturas que se esperan. Además, habrá un avituallamiento libre durante toda la carrera”, rezaba el texto oficial. La carrera tenía su encanto ya que la primera vez que disputó fue en 1924. Pero en realidad era la edición número 79 ya que hubo parones debido a la Guerra Civil, la pandemia del COVID-19 y otras circunstancias de causa mayor.
Al final, el trazado se quedó en 171,5 kms, veinte menos de los previstos inicialmente. A las 3 y media de la tarde, los termómetros marcaban 39 grados y 43 % de humedad relativa. A las 4, el aeropuerto de Loiu anunciaba 41. Getxo es la quinta población más grande de Euskadi tras las tres capitales y Barakaldo pero ese calor retrajo un poco a los aficionados, que sí estuvieron presentes en la cuesta final. No era un día para pasar en la calle. Se repartían 13.600 euros en premios con cantidades especiales para los diez primeros clasificados. El primero 5.443 euros, 2.724 el segundo y 1.360 el tercero. Luego cada equipo tiene sus criterios particulares a la hora de distribuir las cifras acumuladas. Hay bolsas comunes durante el año, solidaridad con los auxiliares y otros criterios variables.
La fuga del día estuvo compuesta por un grupo de siete corredores. Se trataba de ciclistas llamados a destacar a lo largo de la jornada pero no para ganar la carrera al final en Txomintxu: Gianmarco Garofoli (AST), Unai Zubeldia (EUS), Hugo Aznar (EKP), Germán Darío Gómez (PKT), Unai Esparza (IBA), Antonio Barbio (TAV) y Julius Johansen (SAT). Los equipos UCI World Tour encabezaban al pelotón aunque dejaban hacer a los fugados en un circuito urbano lleno de isletas, rotondas, subidas, bajadas, pasos elevados, calles algo estrechas y curvas técnicas por lo que se vivió algún que otro susto pero sin mayores consecuencias. A excepción de la caída de Juanpe López a falta de 14 kms. bajando a Erandio. Perdió el control de la bici en una curva, se fue por debajo del quitamiedos y se golpeó la cabeza con él. Terminó en el pasto, de hierba afortunadamente. Su maniobra provocó tres caídas más cuando otros competidores trataban de frenar. Ahí no había trazado urbano, era un puerto, el descenso de Pike.
Quedaban 140 kms. para el final y la diferencia de los escapados era de más de 2 minutos. En el primer paso por meta, más en concreto, una separación de 2:13. con el Lotto Dstny en cabeza del pelotón pensando en las opciones de Maxim Van Gils y Andreas Kron. También los corredores del Lidl Trek se dejaban ver por los puestos cabeceros. Antonio Barbio se descolgó pronto y fue alcanzado por el grupo. La hidratación era continua en un circuito con poca posibilidad de paso para los coches neutros y de los equipos (uno por escuadra en una prueba de esta categoría). Los ciclistas pedían avituallamiento líquido en todo momento y no siempre obtenían respuesta por las dificultados del trazado urbano. Y eso que los jueces y reguladores estuvieron especialmente permisivos. Fue un Memorial Hermanos Otxoa muy particular aunque la organización sacó adelante el reto con muy buena nota. 250 voluntarios superaron el envite con gran mérito. Muchos teléfonos móviles, achicharrados, se apagaron por el contacto con el sol y la temperatura era insoportable. Se calentaban y colapsaban. Especialmente si seguías la carrera en moto, al lado de otros aparatos.
Al paso de los corredores por la Universidad Pública del País Vasco de Leioa, la Policía Municipal obsequiaba a los ciclistas con lluvia de agua gracias a mangueras apuntando al cielo. Se observaron avituallamientos de cuneta continuos y no se negaba un bidón a ningún corredor aunque fuera de un equipo rival. Incluso entre los propios corredores se echaban agua los unos a los otros. También los aficionados y los vecinos que refrescaban el ambiente con mangueras desde sus casas. A falta de 120 kms. para la meta la diferencia de los escapados se había reducido a 1:12 y, pocos minutos después, la misma bajó del minuto. Antes del tercer paso por meta, algunos camiones cisterna del ayuntamiento de Getxo esparcían agua al paso de los ciclistas. Algunos de los competidores incluso variaban su trayectoria para refrescarse, se volcaban hacia la derecha de la carretera cuando venían pedaleando por la izquierda. Fue cuando Unai Esparza desconectó y no pudo seguir al grupo que abría la carrera. Minutos antes ya venía haciendo la goma con sus compañeros. El 11 de agosto ha sido el día más caluroso del año en Vizcaya.
Las últimas vueltas eran las más interesantes a priori porque ya entraba Pike Bidea en el trazado, con un tramo cercano al 20 %. Carreteras por las que pasó el Tour en la edición del año pasado cuya Gran Salida tuvo lugar en Bilbao. Fue donde Johansen dijo “basta” y se dejó caer hacia el grupo de los favoritos. Se quedaron, por lo tanto, cuatro corredores en vanguardia. Antes de coronar, Zubeldia también tuvo que claudicar. Asimismo, el pelotón perdió muchas unidades y fue adelgazando de manera inevitable. Beber, sudar, perder sales y avituallar. Así fue todo el día. Lo que ocurre es que en el grupo principal siempre se va más protegido y eso te hace llegar con más fuerzas a los kilómetros decisivos.
En el penúltimo paso por meta, la diferencia de los tres de cabeza era tan solo de 44 segundos. En realidad, el pelotón tuvo controlada totalmente la situación durante todo el día, permitió la escapada, la tuvo a tiro, por lo que todo acabó decidiéndose al final. Vadim Pronskiy, del Astana, lo intentó en la última vuelta aunque el grupo abortó su aventura. Llegó a tener unos 25 segundos de distancia aunque el último paso por Pike Bidea fue muy exigente para él y tuvo que entregar hasta el dorsal. Existieron otros escarceos inocentes, sin éxito, y la carrera se acabó decidiendo entre veinte unidades que llegaron juntas a la ría del Nervión. Había cinco Caja Rural y cuatro Movistar. Los telefónicos jugaron muy bien sus bazas y se llevaron la prueba con total justicia.
CLASIFICACIÓN FINAL 79 EDICIÓN DEL CIRCUITO DE GETXO
1. Jon Barrenetxea (Movistar)... 4:11:22.
2. Clemente Champoussin (Arkea)... m.t.
3. Orluis Aular (Caja Rural-Seguros RGA)... m.t.
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