El Giro 2024 se presenta con sterrato, mucha crono y pocos colosos de montaña
El recorrido de la 107ª edición de la Corsa Rosa se presentó este viernes en Trento. Contará con sterrato, casi 70 km de crono, el Stelvio y doble ascenso al Monte Grappa.
En el marco del II Festival de los Deportes de Trento, la localidad italiana mostró este viernes al mundo el recorrido del Giro de Italia 2024 (4 al 26 de mayo). El tablero de juego, si bien ofrece variedad y diferentes alternativas, quizás sea algo conservador, sobre todo, en lo que respecta a la montaña. La organización, a tenor de los recortes y modificaciones de míticos puertos que ha sufrido la carrera en los últimos tiempos, ha apostado por una media montaña más tibia y pocos colosos. Nada de Zoncolan, Mortirolo, Gavia, Giau y otros nombres ilustres asociados a grandes gestas de la Corsa Rosa, a excepción de un Stelvio que para la 107ª edición se alza como la Cima Coppi (puerto de mayor altitud). Eso sí, su paso, salvo sorpresa mayúscula, quedará algo descafeinado al estar ubicado a unos 150 km de meta (etapa 16).
Como fórmula que incite a la batalla en las etapas de montaña, el Giro vuelve a apostar, al igual que en 2023, por una respetable cifra de distancia contrarreloj. En total, 68,2 km que se reparten en dos esfuerzos individuales. El primero (etapa 7) será de 37,2 km y puede marcar grandes diferencias con un final en ascenso de unos 6,5 km hasta la meta de Perugia, mientras que el segundo (etapa 14) constará de 31 km completamente planos. Ambos días, bien situados estratégicamente, ya que preceden a dos días de montaña con finales en alto. El correspondiente a la 15ª jornada será uno de los días más decisivos de la carrera, que también podríamos considerar como etapa reina. Adentrándose brevemente en territorio suizo durante los últimos kilómetros, los corredores afrontarán un encadenado montañoso que comienza en el célebre Aprica para finalizar en Livigno (8,1 km al 6,6% de media), a 2.385 metros de altitud. Un auténtico tappone de 220 km y 5.200 m de desnivel que puede resultar decisivo.
En la variedad está el gusto
También puede dar mucho juego una sexta etapa que recupera un elemento muy ligado a la ronda italiana y que en los últimos años estuvo ausente: el sterrato. Serán 11,6 km de caminos de tierra, repartidos en tres tramos (el segundo, en subida), que harán de todo menos una jornada tranquila de camino a Rapolano Terme. Por último, más allá de exigentes metas en alto como la de Patri di Tivo (14,6 km al 7%), sobresale la doble ascensión al temible Monte Grappa (18,2 km al 8,1%) de la 20ª etapa, capaz de dar un vuelco a la general el penúltimo día de competición. Y ojo, porque el final no es en alto, ya que la meta se ubica tras casi 30 km de largo descenso.
Ya sólo queda cruzar los dedos para que todo el trazado se desarrolle con normalidad y que sea lo suficientemente atractivo como para atraer a grandes estrellas a la pelea por el Senza Fine. Una de ellas bien podría ser Tadej Pogacar, quien piensa incluir más de una gran vuelta en su hoja de ruta anual a corto plazo. En diciembre, momento de la planificación del calendario de la siguiente temporada, el esloveno tomará la decisión de acudir o no el próximo 4 de mayo a la Grande Partenza de Turín. Si no es él, ante la presumible ausencia de Primoz Roglic, Roma volverá a coronar a un nuevo campeón.
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