Arinsal, test inicial en Andorra
Arinsal, uno de los seis finales en alto a estrenar en La Vuelta este año, es un puerto de Andorra que marcará las primeras diferencias. Será en la etapa 3, el día 28 de agosto, al poco de arrancar la carrera. Purito Rodríguez lo analiza para AS.
Tras una rotonda, arranca el puerto de Arinsal. Una subida no demasiado larga (6,8 kilómetros al 8,3% de media), pero explosiva. Sus tramos del 13%, acompañados de curvas de herradura, pueden hacer mella en más de uno, y más siendo tan pronto, cuando todavía algunos están todavía ‘activando’ su cuerpo en las jornadas inaugurales.
Purito Rodríguez (44 años) se retiró en 2016 con un brillante palmarés cercano a las cincuenta victorias, con triunfos en Tour, Vuelta, podios en las citadas carreras, medallas mundialistas… y un corredor con buenas habilidades en finales explosivos. “Este puerto, en mi época de ciclista, me venía bien en carrera”, cuenta.
Joaquim analiza la subida ante el redactor de AS, Dani Miranda, y el cámara de ASTV, José Miguel Buera. Según los últimos datos que tuvo el exciclista, “alrededor de 120 ciclistas en activo” viven actualmente en Andorra. Él fue el primero que dio el paso en 2007. “Esto es un paraíso para cualquier ciclista”, cuenta.
“Es un puerto bastante duro, un clásico en Andorra de los entrenamientos de quienes residen por aquí”, cuenta Purito Rodríguez tras analizar la ascensión con AS en unas carreteras que se conoce como anillo al dedo tras más de 15 años viviendo en el Principado. Las carreteras son anchas y cómodas para rodar.
Tras un giro pronunciado a izquierdas, y después de dejar atrás la localidad de Arinsal y su larga recta con pendiente constante, el puerto se endurece. “La vista panorámica cambio por completo”, avisa Purito. En este tramo, los árboles están más alejados de la carretera, y hay guardarrieles por ambos lados. Además, cada pocos metros hay carteles indicando el desnivel y la distancia a la cima.
La etapa, de 158 km y que arranca en Súria, entra en suelo andorrano a los 107 km y, antes de subir Arinsal, los corredores ascenderán Coll d’Ordino. Un descenso muy rápido y otra vez a subir para hacer las primeras diferencias de la general de La Vuelta 2023. “Un corredor explosivo, del estilo Carapaz, es el ideal para ganar aquí”, dice Purito.
A falta de 3,5 km para coronar es cuando más se endurece. Los corredores verán al fondo las largas ‘S’ (curvas) y será la zona donde tengan que atacar para abrir diferencias, porque después vendrá un tramo más llevadero… antes de la traca final, alrededor de 500 metros que volverán a ser muy exigentes.
Purito bromea tras completar el puerto a un ritmo como si de un profesional se tratase, porque sigue montando prácticamente cada día tras superar unas molestias en el codo. “Para una fuga será complicado llegar, porque siendo tan pronto, muchos corredores tendrán el maillot rojo de líder cerca, y es una prenda que siempre gusta vestir”, cuenta.
En la llegada, hay tres curvas de herradura con una pendiente que ya decrece antes de llegar a la cima, en plena estación de esquí y superando los 1.900 metros de altitud, con unas vistas en la que se observan otros puertos andorranos a los lejos, así como terrenos franceses y españoles.
Como es lógico, por la ubicación y el terreno, Purito corrió muchas veces en Andorra en distintas carreras: Vuelta a España, Tour de Francia, Volta Catalunya… pero se le quedó una pequeña espina: “Nunca gané aquí. En 2010 sí que llegué como líder en La Vuelta, pero lo perdí con Igor Antón. En 2012 también llegué como primero en la general, y esta vez lo mantuve”. Andorra se prepara para una “fiesta total” con la llegada de La Vuelta cuatro años después.
