Michael Woods (35 años) es un experto en triunfar en durísimas rampas, especialmente en suelo español. El canadiense del equipo Israel se impuso en la segunda etapa de O Gran Camiño con final en el Mirador de Ézaro, de 1,9 kilómetros de ascensión y una media del 13,6%. Ya triunfó en La Vuelta en 2017 en las terribles rampas del Balcón de Vizcaya y ahora hace lo propio en Ézaro, en una subida que ya conocía de La Vuelta 2020, ya que se celebró una cronoescalada en la que Roglic triunfó.

Tras el canadiense llegó Alejandro Valverde, que a sus 41 años sigue dando guerra. En una jornada en la que el Movistar controló en todo momento, solo la potencia de Woods les dejó sin éxito. Sosa y Serrano escoltaban a Valverde, que mostraba buenas sensaciones, y fue a falta de 775 metros, en una de las partes más duras de la ascensión, donde Woods hizo su cambio de ritmo. El murciano aguantó a rueda de Sosa, y pese a que lo intentó en solitario a falta de 500 metros, el canadiense ya tenía renta suficiente. Se impuso por 16 segundos, y a falta de dos etapas se colocada como líder de la ronda gallega.

Cuando tenía 17 años, Woods lucía una marca de 3:42 minutos en 1.500. Las lesiones le subieron a una bicicleta en 2011 y, una vez cumplida la treintena, es cuando más está brillando. Este sábado, etapa reina con tres puertos (uno de segunda y dos de primera) en los últimos 50 kilómetros con meta en el Alto de Moura. El domingo, contrarreloj de 15 kilómetros en Sarria para conocer al ganador de la ronda gallega en su regreso al calendario dos décadas después.