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CICLISMO | MILÁN-TURÍN

Roglic no se cansa de ganar

El esloveno logró su 13º triunfo de la temporada por delante de Adam Yates y Joao Almeida. Valverde, 10º. Lombardía se presentará vibrante.

Roglic no se cansa de ganar
Milán-Turín

Primoz Roglic no se cansa de ganar. El esloveno conquistó su primera Milán-Turín después de batir a Adam Yates en un vibrante mano a mano en las rampas de Superga. Con el triunfo empató con su compañero Wout van Aert como pichichi de 2021, con 13 dianas (60 en total en su trayectoria). El Jumbo ha ganado mucho a lo largo de la campaña, pero sólo se ha llevado cuatro de las 28 carreras del World Tour: Wevelgem y Amstel, con Van Aert, y País Vasco y Vuelta, con Roglic. A los 31 años, el exsaltador domina en cronos y en muros, en rondas de una y de tres semanas. Y se le atraganta el Tour a pesar de sus tres Vueltas a España. En el cajón le acompañaron Yates, segundo, y Joao Almeida, tercero.

A poco menos de 50 kilómetros de la meta se desató la batalla. Atrapada la fuga, en la que se filtraron dos españoles, Oier Lazkano (recién fichado por el Movistar hasta 2024) y Joan Bou, junto a Zanotti, Frapporti, Orrico y Vermaerke, la tensión y el ritmo impuesto por Deceuninck se transformaron en un abanico con 29 corredores en cabeza. En ese corte entraron muchos favoritos: Alaphilippe, Almeida, Roglic, Pogacar, Majka, Woods… y Valverde. El incombustible murciano rodó siempre atento, hasta que se descolgó en los últimos km. Acabó décimo.

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El Ineos se afanó en la persecución, y Adam Yates y Pavel Sivakov contactaron en la primera subida a la Basílica de Superga, panteón de la Casa de Saboya y donde se produjo el accidente aéreo de 1949 de 'Il grande Torino', en el que fallecieron 18 futbolistas de aquel equipo que dominó el calcio de su época. El prometedor belga Mauri Vansevenant aprovechó la ventaja numérica del Deceuninck para lanzar un ataque que obligó al UAE a tomar la responsabilidad en el reducido grupo de aspirantes en la aproximación a la ascensión final.

Un acelerón de Majka sirvió para facilitar la caza de Vansevenant y que Alaphilippe luciera su arcoíris apenas unos segundos para la televisión. El francés no aguantó la exigente marcha de Yates, como tampoco Woods ni Valverde, ni posteriormente Pogacar y Almeida. Sólo Roglic se aferró a su rueda, y le costó un buen arreón de los suyos. Sin embargo, al británico no le quedó gas para el desenlace. Roglic calculó su distancia y le remachó sin miramientos. Este sábado, en Lombardía, los mismos protagonistas (y Remco Evenepoel) lucharán por el último monumento de la temporada. Se presenta una cita vibrante.