Mikel Landa se despidió del Giro a cuatro kilómetros de que terminara la quinta etapa. Joe Dombrowski chocó con el operario que señalizaba una bifurcación, con tan mala suerte que se llevó por delante al vasco, quien se vio de repente en el suelo y con gestos ostensibles de dolor. Rafa Valls, su compañero en el Bahrain, dio media vuelta e intentó ponerle en pie para que continuara en carrera, pero no fue posible. Landa abandonó en camilla, con lesiones de consideración (según la primera exploración de los doctores, fracturas de clavícula y escápula izquierdas) y evacuado en ambulancia.

Franco Pellizotti, director del escalador vasco, aseguró que su líder ya se encontraba en el hospital nada más concluir la jornada: “A Mikel le trasladaron al centro sanitario más cercano (Riccione) para determinar el alcance de sus lesiones. Nuestro médico le acompañó. En cuanto sepamos qué le ocurre, informaremos sobre su estado, aunque parece que se ha roto la clavícula. Una verdadera lástima, porque confiábamos mucho en que realizara una bella general”. Pellizotti dijo que repartirán ahora la capitanía del Bahrain entre Damiano Caruso y Pello Bilbao, quinto clasificado en 2020. Se trata de la primera retirada por caída en una grande para Landa, que en 2016 abandonó el Giro por un virus estomacal, la otra vez que no acabó las tres semanas.

El parte oficial resultó desolador: “Fractura de clavícula y de múltiples costillas (cinco) en su costado izquierdo. Permanecerá en observación y se le practicarán más pruebas tras pasar la noche en el hospital”. Además, puede tener un pulmón perforado, ya que aún no disponía de los contrastes. Los escáneres confirmaron los huesos rotos. Pese a que no se habla de plazos para su recuperación, en el Bahrain y en el entorno de Landa cunde el desánimo sobre su presencia en el Tour, que comienza el 26 de junio.