Aranburu: un corredor versátil para dar el relevo en las clásicas
El guipuzcoano de 25 años ha demostrado ser un ciclista a tener en cuenta para pruebas de un día. Acaba contrato con Astana esta temporada.
A los 25 años (cumplirá 26 el 19 de septiembre), Alex Aranburu inauguró su casillero en el World Tour en Sestao: "Mi mayor éxito hasta la fecha". El guipuzcoano, amante de los animales y de la naturaleza, seguidor de la Real Sociedad y de la pelota, rondaba una victoria de prestigio desde que en la Vuelta de 2019 acabara segundo en dos jornadas: por detrás de Arndt en Igualada y superado por Gilbert en Bilbao. En este 2021, en su segunda temporada con el Astana, terminó sexto en el Omloop Het Nieuwsblad y séptimo, como en 2020, en la San Remo. Producto de la cantera vasca, hizo ciclocross y corrió como stagiaire con el Murias en 2015 y en 2016 dio el salto al campo profesional. Con el Caja Rural compitió de 2017 a 2019, y logró tres triunfos: Getxo y etapas en Madrid y Burgos.
Desde categorías inferiores y amateur cuenta con buen fondo y pegada. Su contrato con el equipo kazajo finaliza en diciembre, pero al mánager, Aleksandr Vinokourov, le encanta como ciclista. Si continúa con su progresión, se convertirá en una pieza codiciada. Él se define como "alguien que pasa sin problema los puertos de 20 minutos de subida y rápido en grupos reducidos". Con sus características, opta a heredar la responsabilidad del pelotón nacional en las clásicas. En 2020 se quedó sin debutar en el Giro de Italia por un positivo en coronavirus, y quizá le llegue otra oportunidad este curso. Aunque de momento se centra en el País Vasco, segundo a 5'' de Primoz Roglic: "No me quiero descartar para la general, ya veremos hasta dónde me alcanzan las fuerzas".