“¡Vamos, Carapaz! ¡Eres capaz, a ganar!”. Cientos de aficionados ecuatorianos se congregaron desde bien temprano junto al autobús del Movistar, en la salida de la contrarreloj de Verona, en la mismísima línea de meta y en la Arena. Acompañaron a Richard Carapaz en la inspección del recorrido, mientras realizaba rodillo, cuando cruzó victorioso el arco de llegada y en el emotivo momento en el que recibió el Trofeo Senza Fine en el espectacular anfiteatro romano. Carapaz, vencedor del Giro de 2019 a los 26 años. Su primera grande. La primera para su país. Histórico. Mikel Landa no consiguió acompañar a su compañero en el cajón. El alavés, que partía con 23 segundos de renta sobre Primoz Roglic en la pugna por la tercera plaza, perdió su posición por tan sólo ocho. Vincenzo Nibali completó los puestos de honor, segundo. Un podio de quilates y de futuro.

Cuarto en 2018, en su debut en la ronda italiana, Carapaz logró entonces el primer triunfo de un ecuatoriano en una vuelta de tres semanas, en Montevergine di Mercogliano. En 2019 añadió otros dos, Frascati y Courmayeur. En ambos demostró algunas de sus cualidades: lectura de carrera, buena punta de velocidad, capacidad de sufrimiento y un indudable talento como escalador. A sus condiciones y sus excelentes prestaciones se añadió el marcaje entre Nibali y Roglic, que le infravaloraron y le dieron alas. También le allanó el terreno los ataques previos de Landa en las etapas de Pinerolo y Lago Serrù: “Un remate al magnífico trabajo del equipo”.

El Movistar salió con Landa como capitán. Las malas cronos de Bolonia y San Marino, unidas a la explosión de Carapaz, le llevaron a quedar supeditado a su compañero. Circunstancia que ya vivió en el Giro de 2015, con Fabio Aru en el Astana (terminó tercero), y en el Tour de 2017, en el Sky con Chris Froome (concluyó cuarto: a un segundo del tercer lugar, de Romain Bardet). Sabedor de su inferioridad frente a Roglic, al vasco no le supo del todo mal acabar cuarto, pese al disgusto inicial y a terminar segundo en Monte Avena por detrás de Pello Bilbao: “Colaboré en el éxito de Richie y me exprimí al máximo”. Pero las ocasiones se escapan y los años pasan: cumplirá 30 el 13 de diciembre. Sus padres no deseaban verle sufrir y se marcharon este domingo. Los de Carapaz, así como su esposa y sus niños, rompieron a llorar en la Arena de Verona y le arroparon en las celebraciones.

Con este título, el Movistar se convierte en la estructura con más grandes vueltas de la historia (15 desde 1980): un Tour y una Vuelta de Delgado, cinco Tours y dos Giros de Indurain, una Vuelta de Olano, un Tour de Pereiro, una Vuelta de Valverde, un Giro y una Vuelta de Nairo y un Giro de Carapaz. Por su parte, Nibali alcanzó el 11º podio de su trayectoria en grandes, empatado con Froome. Por delante, Merckx, Hinault y Gimondi, con 12, y Anquetil, con 13. Roglic se aupó por primera vez. La última jornada se la apuntó Chad Haga, víctima de un atropello en Alicante en 2016 que casi supone su retirada. Una victoria a la perseverancia. Como la de Carapaz: “No hay que rendirse nunca ni dejar de soñar”.