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CICLISMO | GIRO DE ITALIA

Carapaz acaricia el Giro, Landa se sube al podio y Bilbao repitió

La última etapa de montaña del Giro sirvió al Movistar para distanciar a Roglic y meter a Landa en el podio. Pello Bilbao ganó a los favoritos. López, tirado por un aficionado.

Team Movistar rider Ecuador's Richard Carapaz, wearing the overall leader's pink jersey (C) rides in the last kilometer of the Monte Avena ascent during stage twenty of the 102nd Giro d'Italia - Tour of Italy - cycle race, 194kms from Feltre to Croce D'Aune-Monte Avena on June 1, 2019. (Photo by LUCA BETTINI / POOL / AFP)
LUCA BETTINIAFP

Existen dos versiones de Mikel Landa: desencadenado y encadenado. Desencadenado parece que va a comerse el mundo, que no hay mejor escalador en el pelotón que él. Ataca, recorta tiempo perdido en las contrarreloj u otros percances y ofrece espectáculo en las montañas. Pero encadenado le toca ejercer de gregario para otro ciclista de su equipo. Bien le habían nombrado capitán por delante, bien rindió más o leyó y aprovechó con mayor acierto las circunstancias.

Por desgracia para él, ambas versiones coinciden en las carreras en las que destaca por su momento de forma. Le ocurrió en el Giro de 2015 y en el Tour de 2017. En el Giro de 2019 le condenaron las dos horribles cronos de la primera semana y la irrupción de Richard Carapaz. El ecuatoriano agarró con fiereza la oportunidad que se le presentó en Courmayeur, y desde ahí amplió sus diferencias respecto a Vincenzo Nibali y Primoz Roglic. Impecable e irreprochable, ya que contaba con permiso del Movistar. Landa partía como líder y Carapaz, como la segunda baza. Las tornas cambiaron. Ambos aceptaron con honestidad los antiguos y los nuevos roles. Resultado: Carapaz conquistará este domingo su primer Giro y Landa peleará por el cajón en la contrarreloj final. Tercero, dispone de 23 segundos de ventaja sobre Roglic.

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AFP

La situación más beneficiosa para el Movistar apareció en el Manghen. Superman López dinamitó el tappone dolomítico a 118 kilómetros de la meta. Su ataque desnudó la debilidad de Nibali y Roglic. No obstante, durante el descenso y el llano camino del Rolle se reunificó y reorganizó el grupo con los corredores de la escapada y los escuderos descolgados. Mientras Bilbao, Nieve, Kangert, Dunbar, Gehereigzabher, Ciccone, Madouas y Capecchi se marchaban a la caza del triunfo, Landa, Pedrero, Amador y Carretero se exprimían al servicio de Carapaz.

Pero el tren de las aventuras no pasó de largo. En Croce d’Aune lo intentó Superman y Landa contraatacó. El alavés arrancó con potencia… y a Roglic le remolcaban groseramente sus compatriotas. Esa acción le costó diez segundos de penalización. Nibali y Carapaz atraparon a Landa en la bajada, y los tres juntos abrieron hueco en el Monte Avena frente al esloveno, enemigo común en la crono de Verona. Antes de que enlazaran con los fugados se produjo una nueva imagen lamentable: otro aficionado de Eslovenia tiró a Superman y el colombiano le respondió con dos puñetazos fruto del calentón.

El rosa, sabedor de que había sentenciado la general, se sacrificó por su compañero (y por él mismo). Sin embargo, Pello Bilbao cogió la rueda de Landa y le rebasó en los últimos metros. Segunda diana para el vizcaíno en esta ronda, tras la lograda en L’Aquila. Pese a su alegría por Carapaz y sus excelentes prestaciones (si se excluyen las contrarreloj), Landa, segundo en la llegada, se queda otra vez con la sensación de obra inacabada. Los 23 segundos ante Roglic en 17 kilómetros se antojan insuficientes.