Exhibición de Bou bajo el calor africano y Salvá, nuevo líder

Roberto Bou se repuso a lo grande de lo que para él fue "una primera mala etapa". En la segunda, que tuvo una novedosa salida individual modo contrarreloj para los primeros clasificados, Bou salió y no miró más para atrás. Fue una etapa de auténtico desierto, la denominada jornada maratón. Se llama así porque los corredores deben llevar todo lo necesario encima de la bicicleta para dos días (los favoritos para la general llevan mochileros propios), ya que en la noche de este lunes todos dormirán en una jaima común, sin sus pertenencias, que se quedaron en Merzouga.

Por si fuera poco, esta jornada es la única que se realiza sin ayuda de la navegación (solo siete coordenadas por las que deben pasar obligatoriamente), y en eso Roberto Bou es un experto. Los corredores debían trazar su propia estrategia. En total, 105 km con 731 metros que Bou realizó por su cuenta sin apenas compañía. En el primer tramo de la etapa, aguantó en grupo escasos kilómetros hasta que, tras el primer pasado intermedio a los 23 km, tras una durísima subida imposible de hacer montado sobre la bicicleta (en la vertiente principal) se empezaron a marcar las principales diferencias.

Desde entonces, rumbo en solitario hasta la meta de Ouzina, en un campamento en el medio del desierto a cerca de 40º y un entorno espectacular de dunas. Segundo entró Pau Salvás, aventajando en 1:01 en el liderato a Josep Betalú, gran favorito y tercero hoy, gracias a las bonificaciones de meta. En la categoría femenina, sigue el mano a mano entre Anna Ramírez y Ramona Gabriel. Hoy se dieron una tregua y, tras una durísima etapa, entraron juntas en meta, por lo que Anna sigue liderando.