La espectacular victoria de Mathieu Van der Poel en la Amstel Gold Race ha vuelto a sacar a la palestra la capacidad de adaptación de los ciclistas que participan en ciclocrós a la hora de participar en pruebas de ruta, en especial en las Clásicas de Flandes y de las Ardenas. El palmarés en ruta en 2019 del vigente campeón del mundo de ciclocrós asusta: victorias de etapa en pruebas como el Tour de Antalya, y en pruebas de un día como el GP Denain y la Flecha de Brabante y en carreras UCI World Tour como A Través de Flandes y Amstel Gold Race, además de finalizar cuarto en Gante-Wevelgem y Tour de Flandes.

La victoria de Van der Poel hizo que en las redes sociales numerosas figuras del ciclismo destacasen esta característica. Joaquim 'Purito' Rodríguez cree que los resultados de Van der Poel pueden crear tendencia en el paso del ciclocrós a las pruebas en ruta: "Cuando Sky se puso a hacer rodillo después de la etapa, todos a hacer rodillo. Cuando Peter Sagan come las chuches de ositos pasado meta, todos a comer chuches. Ya veo a los equipos del ProTour pidiendo las bicicletas de ciclocrós para este invierno. Enorme Mathieu Van der Poel".

Una opinión parecida mantiene el ciclista de MTB José Antonio Hermida, que espera que con la eclosión del fenómeno del ciclista holandés: "Será este corredor extraordinario Mathieu Van der Poel el detonante del "clic" final en los World Tour Teams para ¿añadir divisiones OffRoad (MTB/CX) y pista en sus estructuras? ¿Qué pensáis?"

Los precedentes también avalan a Van der Poel ya que otros ciclistas que han pasado del ciclocrós o el Mountain Bike a la ruta también han tenido éxito, aunque no han despertado tanta expectación a corto plazo como el ciclista holandés.

Antes de Van der Poel, su gran rival en el ciclocrós, Wout Van Aert, triple campeón de ciclocrós, ya brilló en su salto a la carretera en 2018, donde ganó una etapa y la general del Tour de Dinamarca además de brillar en Strade Bianche (3º) y ser Top-10 en Gante-Wevelgem y Tour Flandes y rozar el Top-10 en Roubaix. Este año tercero Van Aert ha fichado por el Jumbo-Visma del UCI World Tour y ha sido tercero en Strade Bianche, sexto en Milán-San Remo y segundo en E3 BinckBank Classic.

Otro ejemplo del exitoso paso del ciclocrós a la ruta es el checo Zdenek Stybar. Triple campeón del mundo de ciclocrós, Stybar también ha logrado granes éxitos en carretera en las filas del Deceuninck Quick-Step, ya que ha sido dos veces segundo en París-Roubaix (2015 y 2017), ganador de etapa y de la general en el Eneco Tour, ganador de etapa en la Vuelta a España (2013) y Tour de Francia (2015) y además ha conquistado clásicas como la Strade Bianche 2015 y la Omloop Het Nieuwsblad y la E3 BinckBank Classic en esta temporada 2019.

Muchos años antes el belga Roger de Vlaeminck también compaginó la ruta con el ciclocrós. De Vlaeminck ganó el mundial de ciclocrós en 1975, aunque su palmarés de ruta es más impresionante: 22 etapas del Giro, 6 generales y 15 etapas de Tirreno Adriático y es, junto con Eddy Merckx y Rik Van Looy, uno de los tres ciclistas que han ganado los cinco monumentos con 4 París-Roubaix, 3 Milán-San Remo, 2 Giro de Lombardía, un Tour de Flandes y una Lieja-Bastoña-Lieja en su extenso palmarés.

El precedente más cercano a Mathieu Van der Poel es el de su padre, Adrie Van der Poel, quien también alternó carretera y ciclocrós ganando pruebas como la Klasikoa de 1985, el Tour de Flandes de 1986, la Lieja-Bastoña-Lieja de 1988 y la Amstel Gold Race de 1990 en ruta y siendo campeón del mundo de ciclocrós en 1996, subcampeón del 88 al 91 y tercero en 1992 y 1999.

Otro ejemplo de paso exitoso de modalidad lo protagonizó el australiano Cadel Evans, que fue campeón del mundo de MTB en 1998 y 1999 antes de dar el salto a ruta para iniciar una exitosa trayectoria en la que sumó la general el Tour de Francia 2011, el Mundial en Ruta de 2009, la Flecha Valona de 2010, la Tirreno-Adriático de 2011 y el Tour de Roamndía de 2006 y 2011 entre otros títulos.