Del grupo de unos 15 ciclistas que llegaron con opciones de triunfo en el GP Indurain disputado este sábado, Jonathan Hivert no era ni de lejos el principal favorito. Pero el francés se llevó el triunfo en solitario en la meta de Estella gracias a que, en medio de un carrusel de ataques donde todos jugaron sus cartas, supo perfectamente encontrar el momento para arrancar. Lo hizo cuando el esloveno Pogacar iba unos metros por delante, y con la suficiente fuerza para rebasarle y que el resto de rivales no le tomaran la rueda. Su habilidad en la bajada final le permitió entrar en solitario mientras que Luis León Sánchez (Astana) y un Sergio Higuita (Fundación Euskadi) que a sus 21 años sigue mostrando su progresión completaron el podio.

Fue el desenlace de una carrera muy animada y con incidencias, como fue la neutralización a poco más de 50 km debido a que una caída de unos 10 ciclistas hizo que las ambulancias no dieran a basto. Una vez recuperada la normalidad, y el pelotón reagrupado (la escapada que había no llegaba a la diferencia mínima para que le volvieran a dejar ventaja), volvieron los ataques que seleccionaron el grupo.

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En el corte bueno no entraron ni Nairo Quintana, al que sí se le vio probar desde lejos sin suerte, ni Mikel Landa, siendo Carlos Verona y Eduard Prades las bazas del Movistar. Sí estaban Nikel Nieve (Mitchelton); Fraile, Gorka y Luis León (Astana); Pogacar (UAE)... y todos lo probaron en las dos últimas ascensiones a Muru e Ibarra. El último, el joven esloveno de 20 años, tomó unos metros pero no pudo impedir que el experimentado Hivert le pasara con su arrancada. Ataque que le valió para lograr su 16ª victoria profesional a los 34 años y recibir de manos de Miguel Indurain el trofeo en Estella.