¿Qué valoración hace de la temporada pasada?

Mejor imposible. Hemos cumplido los sueños demasiado pronto. Eso es bueno, pero puede generar problemas. Ha sido un año increíble, lleno de sentimientos por cómo hemos vivido todos los triunfos. Ha sido inolvidable.

¿Por qué puede generar problemas?

Utilizo un símil futbolístico. Si el Alavés gana la Liga este año, ¿tiene que ganar la Champions el año que viene? Hemos hecho cosas increíbles contra equipos con mucho más potencial en todos los ámbitos que nosotros y hemos sido capaces de ganarles. Este año intentaremos hacer lo mismo, sabiendo que será muy difícil. El año pasado sacamos Matrícula de Honor y si este curso sacamos un Bien o un Muy bien, también será una buena valoración.

Han dejado de ser La Cenicienta…

Si, y eso también puede ser un problema. Los equipos World Tour nos tienen más consideración y no te van a regalar nada. Hay un reconocimiento al buen trabajo que hemos hecho, pero también causa inquietud que el pequeño gane al grande.

Estarán más vigilados…

Antes, cuando saltaba uno de los nuestros, decían dónde va este. Ahora hemos demostrado tener potencial suficiente y como es normal estaremos más controlados.

Su idea era creer un proyecto de futuro. ¿Están más cerca de eso?

Los resultados nos han dado la razón en el tiempo. Los chavales jóvenes, con Óscar Rodríguez como más mediático tras su triunfo en la Vuelta, han estado muy bien. Pero no tenemos que ponernos gallitos y hay que trabajar con la misma humildad.

¿Qué calendario les espera?

La base será la misma del año pasado. País Vasco y la Vuelta serán los dos puntos fuertes para nosotros. Nos están valorando muy bien y no sólo por los triunfos, sino por el nivel y la imagen que estamos dando. Se identifican con nosotros porque ofrecemos pasión y el ciclismo de antes.

Les han invitado para correr la Flecha Valona…

Supone un subidón tremendo. Estamos obteniendo más reconocimiento fuera que en casa. Es de las mejores clásicas del mundo y puede ser un punto de inflexión muy importante para el equipo. Además es una confirmación del trabajo que estamos haciendo.

¿Le gusta la Vuelta de 2019?

Tiene una esencia que está manteniendo todos los años. Si en 2018 fue durísima, en 2019 diría que va a ser más. La Vuelta tiene su sello y una identidad propia. Me motiva mucho volver después de lo que hicimos el año pasado. Iremos con el rango de que hemos sido capaces de ganar.

Recuérdeme qué sintió con aquel triunfo de Óscar Rodríguez en La Camperona…

Nunca he llorado tanto en mi vida. Fue el momento más intenso que he vivido en mi carrera. Me pareció el reconocimiento al trabajo realizado en la sombra. Me quedo con la satisfacción personal que sentí.

Después de un gran año, ¿se ve más cerca de participar en el Tour?

Nuestro objetivo es ir al Tour de Francia. Creo que está cada vez más cerca. Pero le digo que yo ya he cumplido un ciclo después de conseguir unos hitos que parecían imposibles. Este año va a suponer un punto de inflexión para saber hacia dónde va el equipo y se resolverán muchas cosas.

Suena a despedida…

Sólo le digo que suelo cumplir los ciclos y no tengo intención de despedirme, pero la realidad es que tendrá que arrancar otro ciclo porque considero que este ya se ha acabado.