El 2018, por el momento, de Quick Step sólo se puede definir de una manera: rodillo. El conjunto belga está firmando un primer tramo de temporada inalcanzable para el resto de equipos, con numerosas victorias repartidas entre otros tantos corredores, dominando a su antojo las carreteras belgas especialmente. 19 victorias en los escasos tres meses de año con nueve corredores diferentes alzando los brazos con Elia Viviani como integrante con más victorias, seis pese a su floja actuación en la Milán-San Remo.

La retirada de Tom Boonen, el gran líder del equipo en este tipo de carreras durante los últimos años, podría suponer algunas dudas en el seno interno...algo que se esfumó en cuestión de semanas. Es prácticamente imposible hacer olvidar la figura del talentoso Tom (cuatro Paris-Roubaix, entre otros logros), pero corredores como Tersptra y Gilbert, entre otros, se están encargando de ocupar ese rol. El dominio este año es total, pero si nos centramos especialmente en las carreras belga es abrumador.

Le Samyn (Terpstra), DWV (Cavagna), Danilith Nokere Koerse (Jakobsen), Handzame Classic (Hodeg), Tres días de la Panne (Viviani) y la última del propio Terpstra en Harelbeke. No dan opción a otros corredores. Y todavía quedan dos grandes objetivos: Gante-Wevelgem y Tour de Flandes. También destaca el inicia de una nueva perla colombiana al sprint: Álvaro Hodeg. Con Gaviria siendo todavía presente y futuro, Hodeg ya suma dos victorias este año, incluyendo una de World Tour en la Volta, donde también venció Max Schachman. Únicamente hay un español en las filas del equipo belga, el prometedor Enric Mas. Aún así, entre todos están haciendo algo que parecía impensable: rellenar el enorme hueco que dejó en el equipo el laureado Tom Boonen.