Kwiatkowski fue el más listo y el más fuerte en el sterrato

Michal Kwiatkowski, vencedor de la Strade Bianche en 2014, se anotó su segundo título en las carreteras blancas de la Toscana con un inteligente ataque lejano, anterior a la última sección del sterrato. El irregular corredor del Sky combina espectaculares actuaciones con tremendos petardazos. Esta vez tocó exhibición, ya que se deshizo con solvencia de tres rivales del nivel de Greg van Avermaet, Zdenek Stybar y Tim Wellens. El polaco, campeón del mundo en 2014 (también conquistó la Amstel en 2015 y la E3 en 2016), se marchó en solitario a 14 kilómetros de la Piazza del Campo de Siena. Van Avermaet, segundo como en 2015, superó a Wellens al sprint.

El Monte Sante Marie, rebautizado sector de 11,5 kilómetros de tierra como el tramo Fabian Cancellara, triple ganador de la carrera, rompió al pelotón en mil pedazos. La lluvia sí que apareció y se produjeron numerosas caídas, pero respetó para que los caminos de tierra no se convirtieran en barrizales. En una montonera se vio involucrado Peter Sagan. El maillot arcoíris abandonó tras encontrarse “mal”, como informó el Bora, y no pudo sostener el pulso iniciado con Van Avermaet el pasado fin de semana, en la apertura de la campaña de clásicas. Hasta la fecha: Het Nieuwsblad, para Van Avermaet; Kuurne, para Sagan; Le Samyn, para Van Keirsbulck; y Strade, para Kwiatkowski.

Jauregui, Frapporti, Korsaeth, Andreetta, Gonçalves y Pinot formaron la fuga del día. Tomaron más de cinco minutos de renta, y Gonçalves y Pinot resistieron hasta la penúltima sección del sterrato, a unos 17 kilómetros de la meta. Sin embargo, el empuje de los favoritos no perdonó. Van Avermaet, Wellens, Stybar y Kwiatkowski arrollaron a escapados y talentos como Benoot, Dumoulin, Durbridge o Boasson Hagen… y el polaco, a sus 26 años, fue el más listo y el más fuerte de los cuatro que se disputaron el triunfo.