Basta con compartir unos minutos con el Caja Rural para darse cuenta de que todo el mundo habla de Jaime Rosón como la gran esperanza del equipo. El escalador de Zamora, con 24 años recién cumplidos, aspira a ser una de las grandes revelaciones de la temporada. El curso pasado ya estampó su nombre en Turquía, donde logró la victoria en la etapa reina. Dicen que estuvo seis meses estudiándose el recorrido y que para 2017 ha centrado sus objetivos en Cataluña y en la Vuelta. De momento, comienza en la Challenge de Mallorca.

Rosón no se conforma con ser una esperanza y quiere confirmarse ante los grandes. “Espero dar un salto de calidad este año después de la experiencia acumulada. En Turquía, además de que la gente empezó a saber quién era Rosón, demostré que puedo competir en carreras y ganarlas. Lo que ocurrió en Turquía es el paso a seguir”, comenta a AS. “Ahora, espero hacerlo bien en Cataluña, donde hay puertos largos y duros. No soy muy explosivo y los puertos de ocho a diez kilómetros me pueden venir bien”, afirma el campeón de España Sub-23 en 2015.

Formado en la cantera de Caja Rural, Rosón cuenta con el respaldo de Sergio Pardilla, su jefe de filas. “Tiene muy buena pinta y mucha clase”, asegura el líder. El zamorano no le quita ojo a la Vuelta. Aunque queda mucho, es consciente de que la ronda española es un escaparate. “Cuando llegue nuestro momento, tenemos que hacer vibrar a la gente”, afirma una persona “ambiciosa” y “muy currante”, como le definen los directores del equipo. “Me siento cómodo en Caja Rural. Es cierto que sirve de trampolín, pero no hay que correr a la hora de tomar decisiones. Mi presente está aquí”, asegura Rosón, la revelación para muchos de este 2017.