“En un plató de televisión no me duele tanto el culo”
Dani Rovira participa en la Titan Desert con el equipo ‘Freno al ictus’. Ha pasado bien las dos primeras jornadas y disfruta con los “frikis del mountain bike”.
Hay muchas Titan Desert en una misma carrera. Los que compiten por la victoria y los que disfrutan sufriendo y luchan para superarse o por dar voz a una causa solidaria. Entre ellos, una cara conocida se lleva casi todas las miradas en el campamento: Dani Rovira. Licenciado en INEF, el monologuista y actor participa en esta edición junto al equipo ‘Freno al ictus’.
- ¿Cómo se encuentra después de dos etapas de montaña?
- Estoy fatigadillo, como casi todo el mundo. Dudo mucho a la hora de sentarme, en este tipo de carreras la ‘zona cero’ se ve perjudicada. Pero disfruto de una experiencia muy bonita, es la primera vez que vivo una carrera como esta durante seis días. Disfrutando del sufrimiento, esto forma parte del divertimento, aunque habrá gente que no lo entienda. Lo que mejor me están funcionando son las piernas. Pero te duele un poquito el cuello, las muñecas, tuve una caída que me ha afectado el escafoides y me duele al apoyar la mano… son muchas cosas. El masajito ayuda, y las cremitas, pero me está sorprendiendo la dureza.
- ‘Freno al ictus’, un lema con mensaje…
- Hay muchos grupos que se lanzan a hacer una Titan Desert por motivos solidarios, para que su causa sea más escuchada. Yo formo parte del grupo ‘Freno al ictus’ comandado por Julio. Él, por su sobrepeso, colesterol y estrés, sufrió un ictus. Se ha recuperado y fundó esta asociación para hacer actividades como esta carrera. Para que la gente sea consciente de que hay que hacer deporte, evitar el sedentarismo, controlar el colesterol y así reducir los factores de riesgo. Estoy muy contento, y el día que la acabe seguro que lo estaré más.
- ¿Ha pensado ya la celebración?
- Yo sé que no me voy a soltar de manos, no he querido ganar ninguna carrera porque no sé. La celebración será dejar la bicicleta en el suelo, darle la espalda y abrazarme con mis compañeros.
- En noviembre se estrena ‘100 metros’, una carrera que le ha acercado a este reto.
- Es la historia real de Ramón Arroyo. Le diagnosticaron esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa complicada. Pasó por ciertas fases de depresión. Pero remontó, empezó a hacer deporte y terminó haciendo un Ironman. Es una de las razones por las que estoy aquí, íbamos a hacer con Ramón el Medio Ironman de Calella y me ofrecieron venir aquí. Aunque es complicado buscar tiempo libre para este tipo de hazañas, hay que venir muy entrenado y cuando el trabajo no te lo permite piensas que vas a sufrir más de lo normal.
- ¿Se pone serio delante de la cámara por primera vez?
- Las tres películas que se han estrenado son muy de comedia, la que vamos a presentar en el Festival de Málaga (‘El futuro ya no es lo que era’, dirigida por Pedro Barbero) es un pasito más hacia el drama, y la de ‘100 metros’ es un paso definitivo.
- ¿Es más difícil rodar por estas pistas que por un plató?
- Mucho más difícil, no recuerdo que en un plató de televisión me haya dolido tanto el culo. Todo tiene su aquel, un plató de televisión, cine o un teatro, forma parte de mi pasión real. De esta pasión que es el deporte dudo que pueda hacer una profesión.Aunque el deporte no le es extraño, estudió INEF.Cuando tienes 17 años y tienes que elegir una carrera es muy difícil saber qué es lo que quieres ser. Empecé INEF y se despertó mi curiosidad por el teatro y la comedia. Lo estuve haciendo de forma paralela, pero me decanté por lo segundo.
- ¿Qué se lleva de la Titan Desert para algún monólogo?
- Hay muchas cosas que rascar, pero son tan de aquí, de bicicleteros de montaña, que no sé si el gran público va a entender. Aquí lo que sí me sorprende es todo el tiempo que compartimos. Como yo no sé muy bien quienes son los primeros y los últimos hay una igualdad muy bonita. Todos tienen palabras de ánimo, me parece un deporte muy solidario y a veces echas de menos ese juego limpio en otros deportes. Me llevo el buen rollo que hay entre todos los frikis del mountain bike. Porque son unos frikis que no te imaginas, me hablan de cosas y marcas que no entiendo. ‘¿Con qué presión llevas las ruedas?’; yo que sé, tío, están infladas. Pero es muy gratificante estar aquí, todos me conocen, me preguntan qué tal me ha ido y me hacen las típicas bromas. Y estoy muy agradecido.