Innsbruck será la sede del Mundial de ciclismo de carretera en 2018. Será la tercera vez que Austria albergue este evento tras las ediciones de 1987 en Villach y 2006 en Salzburgo. Brian Cookson, presidente de la UCI, comenta la designación en el comunicado oficial: "No tengo dudas, Innsbruck proporcionará una impresionante y desafiante ruta para que los ciclistas compitan, pero también un maravilloso y único telón de fondo que añadir a la experiencia del espectador".

Todavía no se ha desarrollado el recorrido ni el perfil de la carrera, pero la ciudad austriaca, capital del estado de Tirol, está enclavada en el valle del río Inn y entre sistemas montañosos y picos como el Nordkette, el Patscherkovel y el Nockspitze, todos ellos superan los 2.200 metros de altitud.

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Por tanto, el maillot arcoíris volverá a ser un premio accesible para los escaladores como ya sucedió en Florencia (2013). Entonces Rui Costa se alzó con el oro por delante de Purito Rodríguez y Alejandro Valverde. Desde entonces, el recorrido ha encajado más con todoterrenos (Ponferrada 2014, Kwiatkowski; Richmond 2015; Sagan). Y este año Doha (Qatar) se antoja como una prueba diseñada para disputarse al sprint. Para 2017 espera Bergen, Noruega, otra cita acorde para los clasicómanos del pelotón.