Pablo Lastras deja el ciclismo

Pablo Lastras (San Martín de Valdeiglesias, 39 años), no volverá a ponerse un dorsal en el ciclismo profesional, donde ha permanecido 18 años, siempre a las órdenes de Eusebio Unzue, actualmente al frente del Movistar. Una caída en la Vuelta a Cataluña en la que se destrozó la pelvis no fue "un dolor más", uno de esos que ha superado mil veces, sino un paso decisivo para una inevitable retirada.

Ahora, entre las visitas al gimnasio, la piscina y al fisioterapeuta, dice no sentirse hundido, y sí muy mentalizado para aprovechar otras opciones que le pueda ofrecer la vida. Su primera idea es recuperarse de la lesión, más adelante confía es seguir en el ciclismo, para devolverle todo lo que le ha dado.

"Sí, ya es definitivo que se acabó para mí la bicicleta. He estado 5 meses cuidándome como si fuera a reaparecer, pero ya es algo que no depende ni de mí ni de los médicos, sino de la gran avería que tengo. Ese es el problema y el motivo de la retirada", señala a EFE el aún corredor del Movistar.

Aunque el ciclismo ha sido su pasión desde niño, "El Pencas" se arma de optimismo y sonríe al futuro.

"No estoy hundido ni desanimado, estoy preparado para abrir otra puerta de la vida. Llevo 21 años en el ciclismo, 18 de profesional y seguro que la vida me espera con cosas bonitas", asegura. La decisión no la quiso ver al principio. Aquel 26 de marzo en la Volta sintió un dolor tremendo tras la caída, pero el madrileño pensó que se trataba de "un dolor más".

"No fue así. Me tuve que hacer a la idea. Tuve una charla con el doctor Rekarte, mi traumatólogo, que es quien ha vivido conmigo el día a día. Él me abrió los ojos y me convenció para hacerme a la idea de pasar a otra fase de mi vida", explica. Los primeros días después del accidente fueron traumáticos, sobre todo ante la realidad de una avería "mayor de lo que esperaba".

"Viví momentos críticos cuando entré en un quirófano de Barcelona y me dijeron que no me podían operar. Vi que pasaba algo raro, y que solo me podía intervenir un cirujano de Sevilla, que fue quien finalmente me operó. En el quirófano no me quise dar cuenta de que tenía que dejar el ciclismo. Tiré de raza, y dije..."estos no me conocen, no me daba por vencido, pero al final la realidad es la que es".

Lastras confiesa que ha pasado momentos duros, en los que manifestó toda su pena en soledad. "He llorado mucho a solas. Soy duro, con carácter y fuerte personalidad, pero llegué a sentirme frágil y débil. En el hospital no era capaz de ducharme solo y me tenían que ayudar", recuerda.

Siempre con mentalidad positiva, el ganador de tres etapas de la Vuelta y una en Tour de Francia y Giro de Italia, siempre ha buscado "una motivación para estar a la altura de los tres elementos en los que me he basado: mi equipo, el cirujano y la Mutua Navarra". Su trayectoria profesional y personal le permite mirar al futuro con la mentalidad de ayudar a los demás y se dirige a todos aquellos que aún siguen viviendo del deporte.

"Con mi actual experiencia quiero mandar un mensaje a todos los deportistas para que se cuiden y disfruten de su profesión mientras estén en activo, pero que no olviden formarse para otras actividades, porque después de la bicicleta la vida sigue", recuerda.

"Ahora", afirma Lastras, "lo que quiero es recuperarme y luego tratar de devolverle al ciclismo todo lo que me ha dado. Ese es mi reto. Tengo ideas y un proyecto de futuro que ahora trato de trabajarlo en mi ordenador. Nunca he tenido ordenador, pero ya me estoy poniendo al día". Pablo Lastra tiene el título de director deportivo, que le fue homologado por la UCI el año pasado. "Me gustaría seguir en el ciclismo", subraya.

Un futuro director que a buen seguro será el mejor maestro para muchos. Siempre en los diferentes equipos de Unzue, su presencia fue un ejemplo para todos. Era la voz del director en carrera. El guía de los más jóvenes. EFE