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MUNDIALES DE RICHMOND

Peter Sagan: “El deporte tiene que poder cambiar el mundo”

Sagan, uno de los ciclistas con mayor impacto en el mercado estadounidense, agradeció el apoyo del público de Richmond: "Cuando te apoyan, te sientes bien".

Peter Sagan, en el podio.
Peter Sagan, en el podio.Bryn LennonAFP
PERFORM

El pasado 29 de agosto, a ocho kilómetros de la meta de Murcia, Peter Sagan fue arrollado por una moto de asistencia neutra de la Vuelta, que le privó de disputar el triunfo (el Tinkoff amenazó con la retirada de la escuadra). El eslovaco profirió insultos, amenazas, golpeó su bici y el coche de los médicos. Al día siguiente no tomó la salida, enfadadísimo con la organización. Casi un mes después, “tras una preparación durísima”, en la que se recuperó de las quemaduras de segundo grado en glúteos y piernas provocadas por el accidente, Sagan cambió su discurso como nuevo campeón mundial y se mostró reivindicativo y solidario: “Para mí suponía una gran motivación ganar en Estados Unidos este oro y poder hablar de la difícil situación que vivimos en Europa. Como población universal tenemos que concienciarnos, la tesitura es muy complicada, así que espero que en el deporte podamos ser ejemplares para cambiar y construir un mundo mejor”.

Sagan, uno de los ciclistas con mayor impacto en el mercado estadounidense gracias a sus victorias en el Tour de California y su forma desenfadada de desenvolverse, agradeció el apoyo del público de Richmond: “Sé que suena tópico, pero cuando la gente te apoya cuando compites lejos de tu casa, te hace sentir francamente bien”.

Para conseguir el oro, lo confió todo a un ataque extraordinario en 23 Street: “Sabía que todo el mundo se encontraría cansado después de 250 kilómetros en las piernas. Yo veía que también estaría cansado para el sprint, así que pensé en ir a por todas en un solo intento”. En un solo intento, y solo. Porque su hermano, Juraj, y Michal Kolar, el otro compañero con el que contaba en el combinado eslovaco, no le apoyaron en las dos últimas vueltas: “Hasta que faltaban tres giros permanecieron a mi lado mi hermano y Kolar. Sin embargo, sufrieron problemas, alguno con cambio de bici, y en el desenlace me noté un tanto perdido”.

Respecto al futuro y a la maldición que suele acompañar al portador del maillot arcoíris, Sagan tiró de sentido del humor: “No creo que me afecte más de lo que el karma me ha castigado hasta la fecha”. Sin duda, honrará la prenda a lo largo de toda la temporada: siempre disputa al máximo cada carrera en la que se inscribe.