Critérium de Saitama
Vincenzo Nibali: “Es injusto dudar por dos que han pecado”
Vincenzo Nibali está en Japón para participar en el Critérium de Saitama. Desde allí analiza su victoria en el último Tour de Francia, el recorrido de su próxima edición,...
—¿Cómo valora la temporada 2014?
—Me siento muy satisfecho por haber conquistado el Tour y tener los títulos de las tres grandes en mi palmarés. Verme en lo alto del podio en los Campos Elíseos es una de las imágenes más bonitas de mi trayectoria, que guardaré con cariño. Se cumplió el objetivo que nos marcamos al principio de la campaña, para lo que tanto me esforcé, aunque en ese inicio no llegaran los resultados.
—Su mánager en el Astana, Alexandre Vinokourov, le dio un toque de atención por bajo rendimiento antes del Tour de Francia.
—No fue un asunto tan grave como se publicó en algunos sitios, simplemente nos recordó a todos los compañeros las exigencias que hay en nuestra escuadra.
—Ahora se encuentran en problemas por tres positivos en apenas un mes (de los hermanos Iglinskiy y el stagiaire Davidenok), y con la UCI en plena investigación sobre su licencia World Tour.
—No creo que nos quiten la licencia, estoy convencido. El Astana sufre por su pasado, por cosas que se hicieron mal en otra época. En este caso, han fallado una familia, que ha reconocido su error por su cuenta, y un chico que no pertenecía a nuestra formación, sino al equipo continental. Estudiaremos emprender acciones legales contra ellos.
—Con Vinokourov al frente de la estructura, también positivo en sus tiempos de corredor, y estos nuevos percances, ¿se ha producido una conversión de verdad?
—Yo no puedo evitar ciertos temas. Vinokourov no era el mánager cuando los patrones nos ficharon a Jakob Fuglsang, a Fabio Aru o a mí, precisamente con el objetivo de cambiar la imagen y ganar credibilidad. Desde entonces, aplicamos el pasaporte biológico, somos miembros del Movimiento Por un Ciclismo Creíble, realizamos controles internos en el equipo… ¿qué más debería hacerse? En Kazajistán, los patrocinadores se han enfadado mucho con los Iglinskiy, sobre todo porque son sus compatriotas. Y sí que pienso firmemente que nuestro deporte es más limpio hoy en relación con otras etapas.
—¿Entiende que se dude de usted ante esta perspectiva?
—Se trata de un problema con el que, desgraciadamente, hay que convivir. Sin embargo, que dos corredores hayan pecado no significa que los demás también lo hagan. Sería muy injusto. Ya dije en el Tour de Francia que mi meta es que la gente respete lo que he conseguido de manera legítima, y que he alcanzado mis éxitos gracias al pasaporte y los análisis. Siempre me he puesto a disposición de las instituciones antidopaje.
—Durante el Tour le molestó que le recordaran que Chris Froome y Alberto Contador habían abandonado y le allanaron el camino.
—Desearía enfrentarme a ellos dos, también con Nairo Quintana, en una confrontación directa. No obstante, ya les he batido en otras carreras, como en la Tirreno-Adriático de 2012. Las caídas forman parte del juego. Que no compitieran contra mí no resta valor al maillot amarillo, se encontraban lejos antes y después de la etapa del adoquín. Nunca sabes qué va a suceder, son circunstancias de carrera que afectan a cada integrante del pelotón, desde el primero hasta el último.
—Aun así, usted ha rechazado la idea de Oleg Tinkov de disputar las tres grandes vueltas en la temporada 2015.
—No existe la posibilidad de completar ese triplete Giro, Tour y Vuelta. Cualquiera conoce lo que agota la preparación para una gran ronda de tres semanas, y la tensión y el cansancio que conlleva aspirar al triunfo. Habría que modificar el calendario entero. Evidentemente, voy a defender el dorsal número uno en el Tour. No he descartado todavía doblar el Giro y el Tour, pero hacer la primera al máximo igual te revienta para competir en la segunda. Trataremos ese asunto en una futura reunión con los técnicos del Astana.
—¿Qué le parece el trazado del próximo Tour?
—Me gusta muchísimo. Sólo hay 14 kilómetros de crono individual y una dura contrarreloj por equipos. Pero en la primera semana habrá que afrontar dos muros, los nervios habituales de esta carrera y las piedras. Luego tocarán dos semanas de altísima montaña, aunque decidirán los puertos finales de la tercera. En mi opinión, Alpe d’Huez tendrá la última palabra: una cima mítica para definir la general el penúltimo día, en vísperas de París. Quizá los organizadores hayan pensado también en los jóvenes escaladores franceses, como Thibaut Pinot y Romain Bardet.
—En la pasada edición marcó las mayores diferencias en la etapa del pavés.
—Es cierto, pero en otra ocasión te puede tocar a ti la mala suerte en ese terreno. No me catalogaría como un hombre para el Tour de Flandes o la París-Roubaix, pese a que la experiencia resultó inmejorable. Inspeccionaré y revisaré los tramos y el material, para que salga bien otra vez el próximo año.
—Froome ha asegurado que no le agrada que haya tan pocos kilómetros de contrarreloj en el Tour.
—Depende del enfoque. Él necesita bastante más a su Sky, mientras que Contador es capaz de conquistar solo una grande, dispone de mucha más veteranía y calidad. Junto con Nairo Quintana, creo que serán mis principales rivales en 2015. Supone una motivación medirme con las figuras más fuertes del pelotón.
—¿Le perjudica la irrupción de su compañero Fabio Aru?
—No, para nada. Buscaremos un punto de encuentro y acordaremos cómo repartir la escuadra y los objetivos durante la temporada, que es muy larga. Me siento muy orgulloso de sus victorias. Con 24 años, cuenta con un importante margen para aprender y crecer como ciclista.
—En noviembre cumplirá usted 30 años. ¿Cómo vislumbra su futuro?
—Tengo contrato hasta final de 2016 con el Astaná. El sponsor se ha mostrado encantado y me considera un símbolo. En noviembre hablaremos sobre si prolongamos nuestra unión.