DAUPHINÉ
Contador se queda sin equipo y Talansky le quita el Dauphiné
El norteamericano atacó desde lejos y sacó la renta necesaria para ganar la carrera. Contador se intentó defender sin suerte. Froome se hundió.
Alberto Contador fue Gary Cooper en “Solo ante el peligro”. Y también Errol Flynn en “Murieron con las botas puestas”. La batalla que planteó el Sky le dejó sin compañeros de equipo, confió en que Froome y su equipo le llevaran al grupo de escapados, donde estaba el estadounidense Talansky, vencedor final de este Dauphiné, pero Froome estaba mal (perdió 5:05 en meta) y cuando pudo salir (a 22 km), cuando sólo quedaban los dos puertos finales en los que se podía defender individualmente, ya era tarde.
Contador bailó como una pluma sobre su bicicleta, sin ayuda de nadie durante esos 22 km (14 de ellos de ascensión) en lo que hubiera sido una remontada histórica. Pero no pudo ser. Le faltaron 27 segundos, el tiempo por el que ganó Talansky.
La victoria en la etapa fue para el navarro Mikel Nieve, compañero de Froome. Visto que este no estaba recuperado de sus heridas por la caída del viernes, le dieron libertad y supo aprovechar la ocasión. Nieve tiene un corto pero extraordinario palmarés, tres victorias: etapa de la Vuelta a España 2010, etapa del Giro de Italia 2011 y esta de Courchevel. Todas en meta de montaña.
El Sky inició la ofensiva en el km 22. Un grupo de 23 tomó ventaja, entre ellos tres compañeros de Froome: David López, Nieve y Porte; y también gente importante: Talansky (3º en la general), Van den Broeck (5º), Bardet (7º) y Yates (10º), así como otros dos españoles: Dani Navarro e Igor Antón.
Contador que, a diferencia del Sky, no ha traído a este Dauphiné su equipo para el Tour, no quiso asumir la responsabilidad de controlar la carrera, quizás temiendo que tras el desgaste podría remachar Froome.
En el Col des Saisies (de primera, 13,4 km al 5.2%), sus compañeros Kiryienka, Pate y Thomas imprimen un ritmo fortísimo de ascensión y sólo quedan 17, entre ellos, por supuesto, Froome, Contador (sin ningún compañero), Nibali y Kelderman. Por la cima (km 47), la diferencia de los 23 escapados, que había llegado a ser de 3:20, era de 2:35. Porte se descolgaría pronto del grupo delantero para echar una mano atrás.
Pero Froome no estaba bien. Nibali y Kelderman lo notaron y atacaron a 28 km de meta. Y 6 km después, en el inicio del penúltimo puerto (Montagny , 8 km al 6.5%) Contador se lía la manta a la cabeza y se marcha dejando atrás a Froome. Partía con una desventaja de2:34 sobre el grupo de Talansky y Van den Broeck (y otros seis), y 1:06 respecto a Nibali y Kelderman. Contador lo dio todo, pero al final sólo pudo entrar décimo, a 1:19 de Nieve y a 1:06 de Talansky. Perdió el Dauphiné, pero nos regaló una heroica persecución.