TITAN DESERT
Oír por primera vez
La fundación GAES consigue que 300 marroquíes curen sus problemas auditivos. Es el "espíritu Titan" de compañerismo y solidaridad.
Los organizadores hablan siempre del “espíritu Titan”, una mentalidad que se basa en el compañerismo, la solidaridad y el buen ambiente. Pero es mucho más que eso. Desde hace ya algunos años, y con la colaboración de GAES y la Fundación Repsol, la Titan trae al desierto de Marruecos un camión solidario para paliar los problemas auditivos de la población local, especialmente los niños
Evidentemente no hacen milagros, pero la situación auditiva de los niños marroquíes es pobre. Una infección que en Europa no pasa de unas gotas y una visita al otorrino, en África puede suponer una sordera. Es a ellos a los que se dirige la acción de GAES, que devuelve una parte de la vida a quien no tuvo medios para curar una enfermedad. Las lágrimas de las madres se suceden una tras otras, de felicidad, al ver lo realmente impactante: la cara de los críos que vuelven a oír. Una escena indescriptible, como la sonrisa de los adultos que oyen por primera vez tras años y años de sordera. Miriam Acebedo explicó a As cual es su labor: “Atendemos a unos 300 pacientes y traemos 60 audífonos. Seleccionamos primero los casos curables, y priorizamos a niños y mujeres”.
Una vez instalado el audífono, viene otro problema, si es que se le puede llamar así. Al no haber oído durante mucho tiempo, especialmente los niños, han de aprender a hablar. Y no les cuesta demasiado. Hay críos que, a los cinco minutos de habérseles instalado el audífono ya pronuncian los primeros fonemas básicos. “Son muy listos” como describen los médicos, y a las pocas semanas “ya entienden casi todo”. Otro de los inconvenientes es que, al instalárseles el audífono oyen mucho ruido. Algo que para nosotros no lo es, como el viento soplando o el ruido de un motor, pero que ellos nunca antes habían sido capaces de percibir. Desgraciadamente, hay casos en los que no pueden hacer nada: sorderas de nacimiento o infecciones de muchos años atrás.
Ver como trabajan los facultativos es algo impresionante y el que escribe estas líneas no tiene palabras para describir la cara de quien oye por primera vez.