VUELTA AL PAÍS VASCO (3ª ETAPA)
Matthews culmina la gran labor del Orica y se impone en Vitoria
La general sigue igual tras la jornada más larga, a la espera de la subida a Arrate de mañana, la etapa reina. Estrecha vigilancia de Contador y Valverde.
Matthews culminó el excepcional trabajo del Orica durante la tercera etapa de la Vuelta al País Vasco, con final apretado al sprint. Tal y como ocurrió en la Vuelta a La Rioja, que dio paso a la ronda vasca, el australiano demostró que es el hombre más rápido de la carrera. “Zorionak’ (felicidades) a los dos gudaris (soldados)”, saltaba exultante el director del equipo, Neil Stephens, en alusión a Gerrans, que bajó al barro para impulsar a su compañero. Matthews acabó noveno en Dantxarinea, y esta vez supo seguir un patrón de pedaleo perfecto. Reza le escoltó, y a su vera aterrizó Kwiatkowski, que se vio cerca de las vallas y perdió algo el compás. La general sigue igual, y Contador y Valverde entraron en el grupo delantero con vigilancia estrecha entre ambos. Es el tercer triunfo consecutivo en Vitoria del Orica GreenEdge, tras los de Impey en 2012 y 2013: se ve como en el jardín de su casa.
Así se expresó el vencedor: "Gerrans conocía el terreno y realizó un esfuerzo excepcional. Esta etapa nos gusta mucho en la escuadra y la teníamos marcada. Me siento muy satisfecho de poder haber correspondido a la confianza de mis compañeros. No disponemos de opciones para luchar por la clasificación final, pero al menos nos llevaremos esta victoria".
La jornada discurrió según el guión previsto: es una cita ya clásica en la ronda vasca, intermedia, víspera de la subida a Arrate. Se trata de una aventura de 194 kilómetros, para velocistas. Pero hay que conocer bien la llegada: en esta ocasión se movió un poco la meta y se hacía todavía más importante salir entre los diez primeros de la rotonda que da permiso a divisar la última pancarta. El pelotón ocupó todo el ancho de la calzada en el tramo final. No había viento, así que el riesgo de abanicos era mínimo. La carretera es muy buena y los dos últimos kilómetros y medio pican hacia arriba; luego hay un descenso, en el que los baches han quedado muy bien tapados, y si te sales un poco de la carretera no hay quien reconduzca la ‘burra’. Tony Martin tensó en un descenso rápido y peligroso en el que no hubo que lamentar incidentes. Tal vez esperaba agazapado Luis León, cuyo látigo pega mucho en este tipo de llegadas, pero no asomó la cabeza.
Rubén Fernández fue el héroe de la etapa. El corredor murciano del Caja Rural, que se entrena habitualmente con Valverde, saltó en Otsondo en busca de una aventura de 180 kilómetros en solitario y le dejaron hacer como quien ve a alguien de otro planeta. A 30 de meta, su expedición épica fue abortada.
Este jueves tendrá lugar la etapa reina, con la tradicional subida a Arrate. Dos pasadas a un puerto largo que siempre ha hecho daño, aunque no suele marcar muchas diferencias. Después de tres días duros y a la espera de que persista el calor, alguno puede acabar desclasificado. Valverde tiene ganas de dar un bocado y tal vez suelte la cadena. El Movistar debería jugar algunas cartas, previamente con un Intxausti que está en casa y debe resarcirse, aunque no hay muchos puertos previamente para mover el árbol. La explosividad y la dureza están muy comprimidas. A partir de ahí, sólo faltará la crono el sábado para decidir el propietario de la txapela. ”¿Mañana empieza la carrera?”, le preguntaron a Contador. “¡Nooo! Empezó hace tres día”, reía el madrileño.