Una contrarreloj cierra hoy la exhibición de Alberto Contador

A Contador le falta una contrarreloj para cerrar hoy con éxito su memorable actuación en la Tirreno-Adriático. Ayer superó sin problemas la penúltima etapa, que terminó en un sprint en el que Mark Cavendish se impuso sobrado.

Son 9,1 km llanos al borde del mar en San Benedetto del Tronto. Alberto dice que intentará ir a tope para hacer un test con vistas a futuras carreras. Para esta no es necesario. Sus 2:08 minutos de ventaja sobre Nairo Quintana son colchón más que suficiente. Es el colombiano, que tiene a nueve corredores a menos de un minuto, el que habla de defender su puesto en el podio.

El madrileño tampoco puede ganar. Sería increíble estando en la línea de salida especialistas como el alemán Tony Martin, el suizo Cancellara o los británicos Wiggins y Dowsett.

Ha vuelto. Ya ha hecho más que suficiente. Ganar las dos etapas en alto de sábado y domingo, esta última con regusto a hazaña épica de otros tiempos. Contador ha vuelto. Hacía un año y medio (desde la Vuelta a España 2012) que no ganaba una carrera por etapas de categoría World Tour.

Pero más importante que el resultado es la manera en que lo ha logrado, su valentía, la confianza en sus fuerzas, su golpe de pedal en las escaladas, imposible de seguir hasta para un eminente escarabajo como Quintana. El Contador de esta Tirreno nos retrotrae al que nos hizo disfrutar en las montañas del Tour 2009.