TOUR DE FRANCIA | 14ª ETAPA
Y ahora, la guerra en el Tour
Por primera vez triunfó una escapada en el Tour y el más listo y más fuerte de los 18 fugados fue el italiano Trentin que venció en Lyon. Hoy se sube el Ventoux.
Confesaré algo: antes del abanico de la 13ª etapa, soñé con una terrible ascensión al Ventoux. El terror no tenía relación alguna con el esfuerzo o con el heroísmo. Más bien con el espanto. Imaginé un valeroso ataque de Contador, en las faldas del puerto, y sin tiempo para disfrutarlo, advertí que el Movistar se lanzaba a su caza, en defensa del podio de Valverde y para mayor gloria de Froome, que ganaría luego entre un mar de sudores (mayoritariamente míos). Si algo me sirvió de consuelo el hundimiento de Valverde fue la desactivación de esa pesadilla.
Hoy no ocurrirá tal cosa. Movistar ya no está atado ni al podio ni a la clasificación por equipos (Saxo manda ahora). Y en la desgracia anterior radica su fortuna actual: Movistar es peor equipo cuando tiene algo que conservar. Obligado a una hazaña, su deseo de venganza puede dinamitar el Tour. Nairo Quintana (a 5:18) representa como nadie esa posibilidad. Es demasiado peligroso como para dejarlo escapar y demasiado escalador como para cebarse en su rueda. Liberado de la fidelidad a Valverde, Quintana es más que una opción de etapa; es una opción de Tour.
Sigo soñando, como pueden observar. Nunca antes (que yo recuerde) el Tour había sido un redoble de dos semanas en espera del tercer y decisivo acto. Hace bastante tiempo, además, que los aspirantes no mostraban debilidades tan humanas y vulgares como el cansancio. Cumplidas catorce etapas no hay un solo corredor que no parezca al borde de la extenuación. A partir de hoy costará distinguir a los héroes de los supervivientes.
Ni siquiera la jornada que ayer terminó en Lyon admitió tregua. Los 18 escapados picaron espuelas y el Sky se tragó bastante viento para fingir el control del pelotón. Es probable que la victoria del joven italiano Trentin sea la última de un actor secundario. Es seguro que habrá sido la última tarde medianamente apacible.
Ambición. Hoy, Día Nacional de Francia, los ciclistas franceses se lanzarán a salvar el orgullo patrio. Hoy, Día Nacional de Simpson, los británicos querrán rendir homenaje a su caído más ilustre. Añadan a ellos el Comando Contador, la vendetta de Valverde y la conspiración holandesa. Sumen una escapada larga y, por último, coloquen una etapa sobre otra: 246 kilómetros hasta la cima del Ventoux (jamás se coronó con tanto desgaste).
Es casi imposible que hoy no ocurra algo y sería muy extraño que no fuera grandioso. A partir de las 16:30 algún sueño se hará realidad.