Vincenzo Nibali rompió el grupo en la ascensión a Sega di Ala (11,2 km al 9,2%), montaña inédita y meta de la cuarta y última etapa del Giro del Trentino. El italiano llegó en solitario y con suficiente ventaja a la cima para adjudicarse la carrera italiana.

Bradley Wiggins sufrió una avería en su cambio y lanzó rodando su bicicleta que, curiosamente, quedó perfectamente aparcada en un muro. Sucedió a unos 8 km del final, cuando el pelotón había quedado reducido a unas veinte unidades debido al fuerte ritmo de ascensión que impuso el Astaná, equipo de Nibali. Wiggins intentó recuperar el terreno perdido, pero sin mucha convicción. Nos quedamos sin ver el cara a cara entre los dos grandes favoritos del próximo Giro de Italia.

Una pena, porque Nibali estuvo enorme en la subida y habría que ver si británico hubiera podido resistir. El Tiburón de Messina demarró a 4 km de la cima y en principio sólo le aguantó Santmbrogio, que poco después también cedió; aunque no se hundió totalmente y llegó a sólo ocho segundos de Nibali y acabó también segundo en la general, a 21”.

Mucho antes quedó descolgado el líder, el francés Maxime Bouet, que perdió 4:52 en la meta. Pero la ventaja de casi siete minutos que pilló en la escapada de la 1ª etapa, le valió para subir al podio como tercero, a 55” de Nibali.

Wiggins acabó noveno, a 1:37, y quinto en la general, a 1:40. Justo por delante de él entró el madrileño (de San Martín de Valdeiglesias) Marcos García, octavo en meta a 1:35.