VUELTA AL PAÍS VASCO
El australiano Simon Gerrans gana la primera escaramuza
Una caída en la cima del Alto de San Miguel provocó un corte con el que Contador, Porte y otros ganaron unos segundos.
Gerrans mezcla velocidad y pillería. Es un oportunista que viaja sobre dos ruedas. Su ojo clínico le llevó a levantar los brazos en la Milán-San Remo el año pasado. Y ayer se caló la primera txapela de la Vuelta al País Vasco. En Elgoibar, tras él entraron en meta Velits y Vicioso.
El australiano se anotó un final lleno de sobresaltos, tras una caída justo al coronar el último puerto de la jornada, el alto de San Miguel, a 7,2 kilómetros de la meta. En un falso llano se montó un revuelo en el que se vieron implicados doce ciclistas. La tensión aumentó en un complicado, sinuoso y peligroso descenso posterior.
La carrera estaba ya lanzada en plan sálvese quien pueda y el pelotón voló en el descenso. Contador, que acabó sexto, arriesgó de forma increíble y a punto estuvo de empotrarse con una moto de televisión. Samuel Sánchez quedó cortado y cedió cinco segundos.
Tras un azote inicial de seis corredores, la fuga del día la protagonizaron Txurruka (Caja Rural) y Didier (RadioShack). Por detrás, el Saxo-Tinkoff, posiblemente el equipo más fuerte que ha tenido Contador en los últimos años y un bloque que no va a diferir mucho del que se presente en el Tour, dejó claro que no va a especular y controló la escapada en todo momento. Primero dio cuerda a los fugados hasta los 5:15, y después fue comiéndoles el espacio. El líder madrileño se dejó ver en esa labor de reenganche.
Txurruka dejó la compañía de Didier en el inicio del alto del Kalbario, de tercera, aún con un mundo por recorrer. El vizcaíno fue absorbido por el gran grupo antes de llegar a Etxebarri, su tierra.