"Mi objetivo es conquistar una de las tres grandes"

Nairo Alexander Quintana nació en Tunja, Colombia, a 2.782 metros de altitud, hace 22 años. En su pueblo ganó el Mundial contrarreloj de 1995 Miguel Indurain: "Supone un orgullo correr en su equipo junto al ciclista en el que me fijé de niño, Alejandro Valverde. Le admiraba mucho y quería ser como él". En Lagos y Cuitu Negru fue su escudero hasta meta. En esta Vuelta debuta en una grande. Va el 36º, a 1h 05:11: "Me dijeron que se iba más tranquilo que en las otras, pero el calor y el fuerte ritmo me pasaron factura durante la primera semana".

Vencedor del Tour del Porvenir (junto con dos etapas) en 2010, en su primera temporada con el Movistar lleva cinco triunfos: "Debo seguir poco a poco con mi proceso de madurez, aunque el desarrollo hasta la fecha es favorable". Tanto, que Christian Prudhomme, director del Tour, ya le señala como uno de los nombres llamados a dominar su carrera en el futuro: "Considero un halago y una enorme responsabilidad que diga eso de mí".

Lucha.

No obstante, para llegar hasta aquí no lo ha tenido nada fácil. De bebé padeció el "tentado del difunto", como llaman en Boyacá a "un mal que se prende de un cadáver a un niño": "Me lo pegó un vecino, suele ser mortal, pero por fortuna lo superé". Quintana empezó a montar en bicicleta a los 15 años para ir al cole: "Eran 16 km de ida y otros 16 de vuelta, cuatro veces al día, con una subida del 9%. Me di cuenta de que valía cuando algunos profesionales se entrenaban por mi zona y yo les aguantaba con una bici antigua. En mi familia no había deportistas".

Nairo también ayudó en casa: "Mi papá es inválido, tuvo muchos accidentes y operaciones. Pusimos una tienda para vender víveres, y ahí tocó echar una mano, como con el dinero que ganaba en las competiciones". Sus orígenes le han forjado un carácter aguerrido, como el que mostró ayer para continuar pese a la caída que sufrió, que le provocó un traumatismo torácico y contusiones: "Muchos a los que me enfrentaba cuando era pequeño tenían equipaciones completas y bicicletas mejores, pero se han perdido. En cambio, los que luchamos más, como Urán, Henao, Anacona y yo, salimos a base de esfuerzo y humildad".

Ellos cuatro representan la nueva generación de corredores colombianos: "No sacamos minutadas en la montaña como los escarabajos de los años 80, aunque sea nuestro terreno, en el que mejor nos movemos. Nosotros vamos bien en las pruebas contrarreloj y no nos rezagamos en las etapas que son llanas, no como ellos". Así, Nairo Quintana tiene claro su objetivo como ciclista profesional: "Conquistar una de las tres grandes".